El contable desarrollaba la enigmática personalidad de Christian Wolff. Esta secuela comienza con el asesinato de su viejo conocido Ray King, que antes de morir escribió un mensaje: “Encontrar al contable”. Wolff se incorpora de lleno a una investigación policial centrada en el secuestro de menores, inmigrantes ilegales en su mayoría. Cuenta con su peculiar talento y con su hermano Brax, que –recordarán– apareció al final de El contable.
Bill Dubuque aproxima un thriller siniestro a una buddy comedy, en la línea de Arma letal. Realizada con buen pulso y con un equipo que ya había demostrado su solvencia, aborda muchos temas interesantes: la relación entre hermanos, la inmigración, el tráfico de seres humanos, la atención que deben recibir las personas con un síndrome Asperger o similar, y la invasión de la vida privada por internet.
El resultado es un thriller simpático que podría haber sido brillante si se hubiera tomado más en serio los temas abordados y hubiera centrado la historia en uno de ellos.