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Se inaugura en Roma la mezquita más grande de Europa

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Roma. La inauguración de la mezquita de Roma ha dado ocasión para que Juan Pablo II, en la audiencia general del 21 de junio, pidiera un recíproco reconocimiento de la libertad religiosa en países islámicos. El Papa expresó su alegría por el hecho de que los musulmanes cuenten con su propio lugar de culto en el centro de la cristiandad, y a continuación añadió: «Desgraciadamente hay que señalar que, en algunos países islámicos, faltan signos análogos de reconocimiento de la libertad religiosa».

El secretario del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso, Mons. Michael Louis Fitzgerald, explicó que si bien no hay que entender el respeto a la libertad religiosa como un do ut des, espera que en el futuro los cristianos, no sólo los católicos, puedan expresar su propia fe públicamente en Arabia Saudí (país que ha aportado 35 de los 50 millones de dólares que costó la construcción de la mezquita; el resto vino de otros 22 países árabes). En Arabia Saudí, los extranjeros -entre ellos, 300.000 filipinos y 50.000 americanos- no cuentan con ningún templo. «Hay que precisar -añadió Fitzgerald- que Arabia Saudí es un caso extremo. Otros países de la misma península arábiga, como Bahrein y Emiratos Árabes Unidos, permiten la construcción de iglesias. En el sultanato de Omán las iglesias son tres».

Para los musulmanes, toda Arabia Saudí es tierra sagrada en la que no se pueden edificar lugares de culto de otras religiones. Una política religiosa similar sigue Qatar, mientras que en los demás países árabes la situación es variable: desde la prohibición para los libios de ser cristianos hasta la buenas relaciones en Túnez. En Siria, en Irak y en Jordania pueden construirse nuevas iglesias, pero no en Egipto. En Sudán los cristianos son perseguidos. Por lo general, el culto cristiano se permite a los extranjeros como una concesión y bajo ciertas medidas de control.

El proyecto de construcción de la mezquita de Roma, que cuenta con un centro de cultura islámica anejo, se inició hace veinte años. El terreno fue donado por el ayuntamiento, pero las obras se encontraron con la oposición de los vecinos del barrio y de grupos ecologistas por motivos urbanísticos.

A la inauguración oficial de la mezquita asistió el presidente de la República italiana, Oscar Luigi Scalfaro, y el príncipe saudí Abdulaziz al Saud. Por parte católica estuvieron, junto a Mons. Fitzgerald, el nuncio apostólico en Italia, Mons. Francesco Colasuonno, y el obispo auxiliar de Roma, Mons. Clemente Riva.

El presidente de la República subrayó su deseo de que el ejemplo dado por la ciudad cuna del catolicismo sea seguido también allí donde el cristianismo es profesado por las minorías. Los musulmanes en Italia rondan el medio millón de personas, de los cuales unos 85.000 viven en Roma, y en su casi totalidad son inmigrantes.

Diego Contreras

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