Se espera más de 150.000 peregrinos para la beatificación del Padre Pío

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Roma. La ceremonia de beatificación del Padre Pío da Pietrelcina, que tendrá lugar en Roma el 2 de mayo, se presenta como una de las más multitudinarias de la historia. Se esperan más de cinco mil autobuses, diecinueve trenes especiales y muchos vuelos charter. Pero la fama de santidad de la que el Padre Pío gozó ya en vida, sobre todo en Italia pero también en otros países, hace creer que las previsiones se quedarán cortas.

Para evitar problemas de congestión, y también como una nueva prueba organizativa y logística con vistas a las ceremonias del Jubileo, la plaza de San Pedro acogerá por primera vez a un numerus clausus de peregrinos: se habla de ciento cincuenta mil. Los demás se reunirán en la plaza de San Juan de Letrán, adonde el Papa se trasladará en helicóptero, una vez terminada la ceremonia en San Pedro, para recitar el Regina coeli desde la logia de la que es catedral de Roma.

Al día siguiente, el cardenal Angelo Sodano, secretario de Estado vaticano, presidirá la concelebración de la misa de acción de gracias en la misma plaza de San Pedro.

Se espera que otros miles de peregrinos seguirán la ceremonia de beatificación a través de pantallas gigantes de televisión que se instalarán en el convento de San Giovanni Rotondo, situado en la provincia de Foggia, en la costa adriática italiana. En ese convento, ahora ampliado y convertido en importante meta de peregrinación, reposan los restos del Padre Pío. El fraile capuchino vivió allí desde 1916 hasta su muerte, ocurrida en 1968 a la edad de 81 años.

La fama del Padre Pío se extendió a partir de 1918, cuando le aparecieron en las manos y en el costado los estigmas, señales de la Pasión de Cristo. Conocido como extraordinario taumaturgo, el religioso fue sobre todo un «mártir de la confesión»: según algunos cálculos, en sus 58 años de actividad sacerdotal se arrodillaron ante su confesionario más de un millón de personas. Tal fue su fama de confesor que ya en 1950 fue necesario establecer un sistema de lista de espera. El padre Pío promovió también iniciativas de carácter asistencial, como la «Casa Sollievo della Sofferenza», y otras de carácter estrictamente espiritual, como los «Grupos de oración».

Diego Contreras

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