Pío XII y la ayuda a los judíos: dar la palabra a los testigos

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Roma. El estudio del pontificado de Pío XII, y especialmente de su actividad asistencial a favor de los judíos durante la Segunda Guerra Mundial, ha sido el tema central de un simposio internacional celebrado en Roma por iniciativa de “Pave the Way Fundation”, una institución dedicada a favorecer las relaciones y el diálogo entre las religiones.

Durante el simposio se subrayó que Pío XII no basó su reacción ante la tragedia en la protesta o el grito, sino en acciones concretas. Un problema es que muchas de las instrucciones del Papa se transmitieron en forma verbal o cifrada. De esas disposiciones, por su misma naturaleza, no quedan documentos escritos, sino los efectos que produjeron. De ahí la importancia de una de las tareas que está llevando a cabo la fundación organizadora: recoger los testimonios de judíos que salvaron la vida gracias a la intervención de las instituciones católicas (parte de ellos se puede consultar en la página web de la fundación: www.ptwf.org).

Entre los testimonios más significativos presentados durante el simposio figuró el de Mons. Giovanni Ferrofino, de noventa y seis años. En calidad de secretario del nuncio en Haití y la República Dominicana, Mons. Maurilio Silvani, Ferrofino participó directamente desde 1939 a 1946 en la operación de conseguir visados a los judíos que escapaban de Europa. Ferrofino afirmó que la orden del Papa llegó al inicio de la guerra, en 1939, y se mantuvo durante el resto de la contienda.

El general Trujillo [entonces presidente de la República Dominicana] concedía esos visados sólo al nuncio en persona tras la petición del Papa. Algunos barcos llevaban luego a los exiliados a Cuba o México, y de allí esperaban entrar en Estados Unidos, incluso ilegalmente, pues en aquella época no eran aceptados”. Se calcula que de ese procedimiento se beneficiaron al menos once mil judíos, que fueron embarcados en Portugal. Muchos de los que se salvaron volvieron al cabo de los años para agradecerlo: “Todos los judíos sabían que quien les ayudaba era el Vaticano por indicación de Pío XII”.

Basado en esos y otros datos, el presidente de “Pave the Way Fundation”, el judío Gary Krupp, afirmó que contrariamente al estereotipo, Pío XII es la persona que más judíos ha salvado en la historia. Por esa razón es muy crítico también con los responsables del Yad Vashem, el museo del Holocausto en Jerusalén, que contiene una fotografía del Papa Pacelli con un comentario muy negativo sobre sus presuntos silencios. Krupp relató que, años atrás, él mismo y su mujer Meredith estaban convencidos del antisemitismo de Pío XII y de la Iglesia católica, hasta que el encuentro con algunos de los testigos de aquella tragedia les hizo cambiar de idea.

Momento histórico complejo

Al recibir en audiencia a los participantes, Benedicto XVI se refirió por primera vez en su pontificado a los presuntos silencios de Pío XII durante la persecución de los judíos. “Se ha escrito y dicho mucho sobre él en estos cinco decenios y no siempre se han enfocado correctamente los diferentes aspectos de su multiforme acción pastoral”. Para el Papa, la documentación recogida permite ver que Pío XII “no ahorró esfuerzos, allí donde fue posible, para intervenir directamente o a través de instrucciones dadas a personas concretas o a instituciones de la Iglesia católica”, en “favor de los hebreos perseguidos por los regímenes nazi y fascista”. Durante el simposio -añadió- se ha visto que buena parte de esa acción se llevó a cabo “de manera secreta y silenciosa precisamente porque, al tener en cuenta las situaciones concretas de ese momento histórico complejo, sólo de ese modo se podía evitar lo peor y salvar al mayor número posible de judíos”.

El Papa recordó que, al concluir el conflicto mundial, personalidades y comunidades judías no dejaron de manifestar su gratitud por cuanto el Papa había hecho por ellos. Y como ejemplo citó el encuentro que Pío XII mantuvo el 29 de noviembre de 1945 con los ochenta delegados de supervivientes de los campos de concentración alemanes.

Este congreso es una de las iniciativas con las que se conmemorarán en Roma los cincuenta años de la muerte de Pío XII. El 9 de octubre, día del aniversario, Benedicto XVI celebrará una misa en memoria del Papa Pacelli. Además, el Comité Pontificio para las Ciencias Históricas ha preparado una exposición sobre su pontificado, de cuyos aspectos doctrinales (en especial, de su influencia en el Vaticano II) se ocupará otro congreso organizado por la Universidad Pontificia Lateranense. Durante estos meses, Benedicto XVI podría firmar el decreto por el que reconoce la “heroicidad de la virtudes” de Pío XII, cuyo proceso de canonización empezó en octubre de 1967, nueve años después de su muerte.

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