Santiago.— Un país pequeño como Chile aparece pocas veces en la prensa internacional, y menos cuando se trata de noticias eclesiásticas. Pero el hecho de que todos los obispos del país hayan puesto sus cargos a disposición del Papa ha sido una noticia que acaparó la atención hasta de los medios más secularizados. En Chile, sin embargo, esta decisión fue recibida con alivio, porque abre la posibilidad de que el Papa pueda realizar algunos cambios que se ven como imprescindibles.
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