Especialmente tras los últimos atentados, las autoridades francesas querrían asegurar que los musulmanes del país –crece el número de los que tienen la nacionalidad por nacimiento– se integrasen plenamente en la cultura republicana. No resulta fácil sortear el escollo de una confesión que no separa religión y política ante las exigencias de un Estado que se define constitucionalmente como laico.
Una versión de este artículo se publicó en el servicio impreso 22/15
Por motivos constitucionales, Francia no tiene posibilidad, a diferencia de Austria, de regula ...
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