Protestas en Managua en 2018 Ciudad de Guatemala.— Felipe vive en Managua. Pero Felipe no se atreve a decir su nombre real, pues sabe que si las autoridades de Nicaragua se enteran de que ha expresado alguna crítica al gobierno, es probable que pierda su puesto de trabajo e incluso que le echen del país. Sin embargo, Felipe, como muchos otros nicaragüenses, quiere hablar. “Han montado estas leyes –dice Felipe– para vigilar a los ciudadanos. Para ellos, la ‘verdad’
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