El Parlamento Europeo, una voz poco escuchada

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Análisis

Los avances en la unidad política europea no se han visto acompañados hasta ahora de un creciente interés por las elecciones al Parlamento Europeo (PE). Quizá las del próximo día 13 de junio señalen un cambio de tendencia, ya que se trata de elegir a un PE destinado a tener mayores poderes. Pero en las cuatro elecciones celebradas desde 1979, la participación media ha sido siempre muy inferior a la registrada en las elecciones nacionales, con diferencias que superan los 40 puntos en Inglaterra, 30 en Francia, 23 en Alemania, 12 en España. Y, lo que es peor, en las últimas elecciones de 1994 la abstención fue más alta que nunca (41,5%).

Sin duda, a pesar del Tratado de Amsterdam, el PE se sigue viendo como una institución con escasos poderes y que no da origen a un gobierno encargado de realizar una política a escala de la Unión. Quizá su papel se haya revalorizado con su actuación en la crisis que llevó a la dimisión de la anterior Comisión Europea. Pero, hoy por hoy, las elecciones al Parlamento siguen dominadas por los problemas nacionales más que por los europeos.

Si hay algo común entre los electores europeos es su ignorancia sobre el Parlamento de Estrasburgo. Según el Eurobarómetro de marzo de 1999, sólo el 43% de los europeos han leído, oído o visto algo sobre el Parlamento en la prensa, radio o televisión en los meses anteriores al período de referencia (las entrevistas se realizaron en octubre-noviembre 1998). Y si se observa la evolución de esta variable, se ve que en los períodos no electorales uno de cada dos europeos no sabe nada del Parlamento.

Este desconocimiento es superior a la media europea en Gran Bretaña (69%), Irlanda (68%), Francia (62%), Dinamarca (58%), Bélgica (60%) y España (60%), países donde menos de 4 de cada 10 personas recuerdan haberse informado sobre el Parlamento en los medios de comunicación. No extraña tanto que los británicos no se apasionen por el PE. Pero que belgas y franceses, anfitriones de la institución europea, estén tan poco informados resulta desanimante.

Según el mismo Eurobarómetro, los niveles de conocimiento del PE por la prensa son mayores entre los hombres (50%) que entre las mujeres (37%). El nivel de educación también influye. Los ejecutivos (60%) y los que recibieron educación por lo menos hasta los 20 años (58%) es más probable que recuerden haberse informado sobre el PE, cosa que es menos frecuente entre los jóvenes de 15 a 24 años.

Para que aumente la participación en las elecciones europeas, es necesario que la gente valore la importancia del PE. Por ahora, el 55% de los europeos comparte la idea de que el PE desempeña actualmente un papel importante, frente a un 25% que no lo consideran así. Y si se les pregunta por sus deseos, el 45% desearía que el PE desempeñara en el futuro un papel más importante, mientras que el 23% se conformaría con el papel actual y un 10% preferiría uno menor.

¿Defiende el PE los intereses de los ciudadanos? Tres de cada diez ciudadanos europeos ni tan siquiera se arriesgan a opinar sobre el asunto. Del resto, el 37% opinan que el PE defiende muy bien o bastante bien sus intereses, frente a un 34% que opinan que sus intereses están bastante mal o muy mal protegidos.

Más allá de las encuestas, la cita del día 13 será el mejor índice para ver si la cuestión europea ocupa un papel más importante en el interés de los electores.

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