En un editorial, The Economist (21-XI-98) señala que el problema demográfico chino no es el exceso de población, sino el rápido envejecimiento, artificialmente provocado por la política del hijo único.
El P. Angelo S. Lazzaroto, misionero durante muchos años en China, informa en Studi Cattolici (Milán, mayo 1998) sobre nuevas circunstancias que podrían permitir la difusión de textos cristianos en la República Popular China.
Nicholas D. Kristof, que ha sido durante casi cinco años jefe de la corresponsalía en Pekín del New York Times, cuenta que entre los dirigentes chinos la corrupción y el deseo de riqueza están reemplazando a la ideología (International Herald Tribune, 7-IX-93).