Ataque iraní a Israel: “Ni China ni Rusia van a ayudar a Irán”

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La prensa iraní ilustra el ataque misilístico contra Israel el pasado 14 de abril (foto: Sobhan Farajvan / Europa Press)

Con la imagen de los misiles y drones iraníes irrumpiendo en el cielo israelí… únicamente para ser pulverizados minutos después por las defensas antiaéreas, Teherán vivió el sábado un singular ambiente festivo: mientras miles y miles de personas celebraban en la calle el ataque, otras, más cautas, hacían cola en gasolineras y supermercados para acaparar suministros “por lo que pueda pasar”.

Lo que puede pasar es que, en este momento en que Israel vuelve a suscitar simpatías luego de meses de críticas globales por su operación militar en la Franja de Gaza, el impopular gobierno de Benjamín Netanyahu puede aprovechar los espaldarazos y hacer oídos sordos al llamado a la contención que le ha hecho la Casa Blanca; a ese “ya tienes lo tuyo; ahora cálmate”, y descargar contra el régimen iraní su superioridad tecnológica militar. Porque habrá respuesta; pocos lo dudan.

No lo duda el profesor Alberto Spektorowski, experto en Ciencia Política de la Universidad de Tel Aviv, a quien entrevistamos en octubre, tras el brutal ataque terrorista de Hamás en el sur de Israel. En aquel entonces, nos contaba que Irán y Hezbolá –su brazo armado en el Líbano– tratarían de “caminar por el borde” y no le sacarían las castañas del fuego a Hamás. Para el régimen iraní, este sería un peón sacrificable con el objetivo de salvaguardar a la milicia chiita libanesa y librarla de un enfrentamiento directo con su archienemigo.

Con el ataque del fin de semana, que Teherán ha presentado como una represalia por el bombardeo israelí a su consulado en Damasco el 1 de abril, Irán ha saltado peligrosamente a la piscina.

El programa nuclear iraní está mucho más resguardado que lo que estuvo el de Sadam Husein, lo que podría dificultar su destrucción por la aviación israelí

— Para EE.UU., Israel debería conformarse con haber neutralizado la andanada de misiles y drones. De hecho, Irán dice “darse por satisfecho” con su exhibición. ¿Convendría esperar una respuesta israelí?

— A mí me parece que sí va a haberla, aunque si tengo que apostar, no lo haría por que sea inmediata. Pero puedo equivocarme.

Creo que a Israel le convendría esperar; aprovechar este momento en que hay un apoyo internacional hacia el país y seguir con la política que ha seguido tradicionalmente con respecto a Irán, que era hostigarlo constantemente en todos los frentes, sin hacer demasiado ruido. Eso me parece que es lo que tendría que hacer, más de lo mismo.

El profesor A. Spektorowski (foto: Cortesía del entrevistado)

Es muy probable, no obstante, que en Israel ya esté planeada una acción un poco más amplia, especialmente contra los emprendimientos económicos de Irán, contra la industria del petróleo; cosas así. Aunque todo esto es una suposición.

A principios de los años ochenta, ante el peligro que representaba el incipiente programa nuclear de Sadam Husein, Israel envió a Irak sus cazabombarderos a destruir unas instalaciones del programa, lo que sepultó para siempre las posibilidades del régimen en este sentido. ¿Se puede esperar algo parecido respecto al programa nuclear de Irán?

— No, hoy no. Esto es otra cosa. [El programa nuclear iraní] está mucho más resguardado, distribuido por veinte mil lugares diferentes. Me da la impresión de que es casi imposible. No soy quién como para saber qué información tienen los servicios de inteligencia de Israel, pero esto, sin ninguna duda, es mucho más complicado.

— Ha dicho usted que Israel está en mejor posición ahora, después del ataque de Irán…

— Sí, claro. El ataque de Irán fue lo mejor que le pudo haber pasado a Israel. [Sus misiles y drones] no hicieron nada; los mecanismos de defensa israelíes funcionaron a la perfección, y la colaboración del mundo árabe fue clarísima y evidente.

Los sucesos han mostrado claramente también que Estados Unidos está con Israel. Mientras no sea la cuestión con los palestinos, en todo lo demás los estadounidenses están con Israel, y asimismo los países demócratas de Europa. Si se trata de Hezbolá e Irán, me da la impresión de que todos están con Israel, por lo que este tiene que capitalizar el momento de la mejor forma posible.

Estados Unidos en ese sentido es bastante claro. Dice: “Si la cuestión es de ofensiva, no nos metemos”, pero ¿qué quiere decir “no nos metemos”? Creo que también va a estar al lado de Israel si este ataca a Irán.

De cara al proceso electoral en EE.UU., a Biden le beneficiaría que Israel se abstuviera de responder militarmente a Irán

— ¿Cuáles serían las consecuencias de una respuesta contra el régimen iraní? Porque Irán está diciendo que puede atacar con mayor contundencia.

— Creo que esto puede llegar a pasar, claro. Pero si la respuesta de Israel es una acción coordinada, con apoyo de Estados Unidos, no me parece que Irán pueda tener una reacción efectiva.

Si, por otra parte, el régimen percibe que hay una crítica muy fuerte hacia Israel, entonces sí se animará a devolver [el golpe], y esto se puede transformar en más que una guerra regional. No me animo a decir que ni China ni Rusia vayan a ayudar a Irán, pero pueden aprovechar esto para hacer movimientos en sus propias áreas, sacando ventaja de que Estados Unidos está cubriendo a Israel.

— No es esperable entonces que una gran potencia rival se inmiscuya.

— No, no creo. Al menos no que salga en defensa de Irán directamente. Pero llevarán el agua a su molino. No me cabe duda en ese caso de que China pensará: ‘Bueno, si Estados Unidos está metido en eso, nosotros acá en el sur, en el Pacífico sur, también hacemos lo nuestro’.

— ¿Y a nivel interno en Israel?

— El ataque calmará las protestas contra Netanyahu por un tiempo. A él esto le viene muy bien. De hecho, también le viene muy bien esperar, es decir, mantener la tensión y no hacer nada: amenazar, amenazar, mantener la expectativa, para que no haya ningún movimiento político interno. Por ahora las cartas le cayeron bien. Solo tiene que evitar desaprovecharlas; nada más.

— Deme un pronóstico. ¿Dónde estaremos de aquí a dos semanas, a un mes…?

— Dos semanas o un mes son como una eternidad acá. Imagino que se fraguará una coalición de países democráticos con Israel. Estados Unidos le está diciendo a Netanyahu: “Restrain, contrólate, para poder formar un frente común con el Reino Unido, con Francia. Dame tiempo para consolidarlo”. Biden tiene que aprovechar para poder recuperar puntos de cara a sus elecciones internas, que se le complican. Que Israel aguante, a él le viene bien.

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