Maria Dragus

La adaptación de la novela de Siegfried Lenz muestra un conflicto entre obediencia y conciencia en tiempos del nazismo.
Este relato de toda una vida condensada en un día plantea cuestiones de cierto calado sobre el arte o los vínculos materno-filiales.
A pesar de ciertas concesiones a lo políticamente correcto, la película convence por las extraordinarias interpretaciones y por no caer en anacronismos.
Haneke logra su mejor película (Palma de Oro en Cannes y triunfadora en los premios del Cine Europeo) y sigue siendo el mismo, abrumado (¿seducido?) por la culpa y sin querer buscar respuestas.

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