La película con la que Robert Redford se retira de la interpretación explora el misterio de un atracador de bancos compulsivo, que no sabe vivir de otra manera.
Venganza, odio, codicia y un absoluto desprecio por la vida son los ingredientes de este macabro “western” que tiene mucho de tragedia griega en clave cómica, al estilo Tarantino.