·

David Pittu
La nueva comedia de Woody Allen entra muy bien gracias a su mimada forma y a sus actores, pero le falta consistencia.
Woody Allen vuelve a explorar la condición humana, ahora a través de un profesor de filosofía desencantado de la vida que de repente se entusiasma con una causa.
La tercera entrega de la saga aporta poco, con un argumento pensado para iniciados, pero al menos no es grosera.

Contenido exclusivo para suscriptores de Aceprensa

Estás intentando acceder a una funcionalidad premium.

Si ya eres suscriptor conéctate a tu cuenta. Si aún no lo eres, disfruta de esta y otras ventajas suscribiéndote a Aceprensa.