Carolina Bang

Tras una historia grotesca de brujas se esconde un ajuste de cuentas misógino por lo que los hombres sufren en el divorcio.
Una película que promete más de lo que da. El planteamiento tiene gancho pero la narración es algo tosca.
Secuela de El oro de Moscú, que la supera en cutrez y falta de gracia.
Fallida película, solvente en su factura pero con un libreto errático lleno de brutalidad.

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