Certera críticas a la manipulación televisiva, que emboba las inteligencias e impide distinguir entre realidad y ficción, y a la sociedad sentimentalizada y materializada que la consume.
Acusado del asesinato de su mujer, Andrew Dufresne, tras ser condenado a cadena perpetua, es enviado a la prisión de Shawshank. Con el paso de los años conseguirá ganarse la confianza del director del centro y el respeto de sus compañeros presidiarios, especialmente de Red, el jefe de la mafia de los sobornos.