Convincente “thriller” con aire de cine negro en torno a una trama de abusos, engaños y silencios cómplices. El suspense es permanente, gracias a un ritmo bien medido y a un magistral uso de la elipsis.
En plena postguerra, Pepita (María León), una joven cordobesa, abandona su aldea y viaja a Madrid para estar cerca de su hermana Hortensia (Inma Cuesta) que está embarazada y en prisión.
Un padre separado, con dos hijos pequeños, intenta recomponer su vida cuando le diagnostican una enfermedad terminal. Película a veces brillante y a veces sórdida, que toca demasiados temas y está falta de unidad.