Con más de cincuenta libros a la espalda, King tiene ya un público incondicional, dispuesto a pagar por sentir escalofríos de terror, provocados por resortes más truculentos que sutiles.
Un relato algo inconsistente de fondo pero bien armado, en el que, con un suave y jugoso humor irónico, se hacen certeras observaciones sobre la conducta humana.