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El declive de las adopciones internacionales

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El número de adopciones internacionales ha bajado dos tercios entre 2003 y 2013. De las 42.000 que se producían hace diez años se ha pasado a poco más de 15.000 en los diez países que más adoptan, según un estudio de Jean-François Mignot publicado en la revista Population & Sociétés. Así que la adopción de un niño extranjero va a ser cada vez más difícil.

España es el cuarto país que más niños extranjeros ha adoptado, detrás de EE.UU., Francia e Italia. El pasado viernes, el consejo de ministros español aprobó los proyectos de ley de protección a la infancia y a la adolescencia. En la referencia oficial se afirma que “se agilizan los procesos de acogimiento y adopción para favorecer que los niños, especialmente los menores de tres años, permanezcan con una familia”. En España hay casi 35.000 menores bajo tutela o guarda de las administraciones, de los que 13.400 están en residencias, a la espera de una familia.

Los dos principales países de origen han sido China y Rusia, pero ahora tienen menos menores disponibles

A la vez, el gobierno desea dotar de mayor seguridad jurídica a los procesos de adopción internacional. No se facilitan datos, aunque el Ministerio de Sanidad cifraba en 13.295 el número de menores acogidos entre 2008 y 2012 por medio de procesos de adopción internacional: el número descendió de 3.156 en 2008 a 1.669 en 2012. En ese período, los principales países de origen de los niños fueron Rusia (3.759), China (2.900) y Etiopía (2.602). De estos tres países procedían en 2012 el 73,5% de los niños adoptados por familias españolas (cfr. Aceprensa 10-07-2014). Las adopciones nacionales están en torno a 800 al año.

Niños con necesidades específicas

La decisión del gobierno español llega en un momento en que disminuyen las adopciones extranjeras en todo el mundo. De 2004 a 2013, los dos principales países de origen han sido China y Rusia, pero el número de menores adoptados por parejas extranjeras han bajado tres cuartos (de 13.400 a 3.400 en China y de 7.700 a 1.700 en Rusia).

Aparte del alargamiento de los procesos de adopción, los candidatos disponibles pertenecen cada vez más a niños “con necesidades específicas”: tener una edad más avanzada, no separarles de otro hermano, o padecer patologías más o menos graves. Pasó el tiempo en que las parejas contaban con poder adoptar en poco tiempo a un niño de tres años generalmente con buena salud. Deberán hacerse a la idea, sobre todo, porque la mayoría recurre a la adopción después de fracasos en la procreación médica asistida.

Esta evolución muestra que los países de origen tienden a cumplir la Convención de La Haya sobre protección infantil de 1993, que invita a hacer todo lo posible para mantener al niño en su familia y, en su defecto, en el propio país. Testimonios de adoptados ya adultos confirman que ser educados lejos de la cultura nativa puede ser un trauma adicional para un niño abandonado.

España es el cuarto país que más niños extranjeros ha adoptado, junto con EE.UU., Francia e Italia

Por otra parte, en la medida en que los países más pobres se desarrollan, aumenta la clase media, avanza la anticoncepción y se hace menos frecuente el abandono de niños. A la vez, hay más parejas locales dispuestas a adoptar.

Este estrechamiento de los cauces de la adopción internacional se produce cuando, en los países desarrollados, se retrasa cada vez más la edad en que los padres tienen a su primer hijo, y crece la infertilidad, ligada también a la edad.

Menos niños disponibles

En Francia, los últimos datos muestran que poco más de 1.000 niños extranjeros se adoptaron en 2014, frente a los casi 5.000 de hace diez años.

La disminución de las adopciones se advierte también en Italia, como escribe Luciano Moia en Avvenire, (21-02-2015). En 2014 hubo un 30% menos que en 2013 y hasta el 50% menos que el pico de 2010, cuando se autorizó el proceso de entrada en el país a 4.130 niños. En 2014, la cifra estará en torno a 2.000.

En ese descenso intervienen muy distintos factores. No es sólo que haya bajado la generosidad de las familias italianas por la crisis. Tampoco procede de los elevados gastos burocráticos y de la lentitud del proceso, ni de la necesidad de pasar tiempo en los países de origen. Influye quizá más la decisión de algunos gobiernos de reducir drásticamente las autorizaciones. Por ejemplo, Etiopía ha ralentizado los procesos. Moscú ha bajado a la mitad el número de niños disponibles para la adopción internacional: de dos mil a mil. El Congo ha bloqueado todo desde septiembre de 2013. Camboya pasó de 554 aprobaciones en 2011 a 179 en 2013. En Ucrania, de 297 en 2011 a 146 en 2013.

El número de adopciones internacionales ha bajado dos tercios desde 2003

Los expertos italianos señalan también la influencia de la ratificación del Convenio de La Haya antes mencionado. A la vez, confirman que, como en Francia, se llega al proceso de adopción después del fracaso en la fecundación asistida. A juicio de Moia, esas decisiones personales reflejan “una progresiva pérdida de los valores de solidaridad, generosidad y apertura a la vida que deberían caracterizar la decisión de adoptar”. Esto no excluye lógicamente las buenas intenciones y los deseos de dar continuidad al apellido. Además, “el hecho de que el niño sea diferente, tal vez con distintos rasgos faciales, y con diversas costumbres y lenguas, implica un desafío nada fácil. Difícil, sí Pero los padres que se atrevan, tendrán el mérito de haber transformado un derecho en un don, como debería ser siempre considerado todo hijo”.

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