El pasado 10 de septiembre, el presidente mexicano Enrique Peña Nieto (del PRI) firmó las tres leyes secundarias que completan el ambicioso proyecto de reforma educativa prometido desde que ganara las elecciones. En febrero se había promulgado la parte principal, que ya entonces enfrentó al gobierno con el segundo sindicato de profesores más poderoso: el CNTE –el primero, el SNTE, con un largo historial de corrupción, apoya ahora la norma por su tradicional posicionamiento al lado del PRI– . Sin embargo,
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