Los inmigrantes van rezagados en las aulas europeas

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La diferencia de puntuación en comprensión lectora equivale a un curso de diferencia

Según un informe de la OCDE basado en los resultados del último PISA, muy pocos sistemas europeos logran que los alumnos inmigrantes alcancen el mismo nivel académico que los nativos. Fuera de Europa destacan Hong Kong, Australia, Nueva Zelanda y Canadá.

Una forma de evaluar la integración del alumnado inmigrante es comparar los resultados obtenidos en alguna evaluación externa con los de los nativos. En la prueba de comprensión lectora del último examen PISA los estudiantes nativos obtuvieron una media de 43 puntos más que sus compañeros inmigrantes –el estudio toma como inmigrantes a los de primera y segunda generación–. Esta diferencia en la puntuación supone el equivalente a un curso de diferencia.

Dentro del continente europeo, los alumnos inmigrantes obtienen mejores o parecidas calificaciones respecto a los nativos solo en países con malos resultados globales en PISA: Hungría, Croacia, Serbia o Letonia. Existen otros países con buenos resultados pero donde los inmigrantes están muy por debajo de los nacionales: es el caso de Finlandia o Bélgica.

La única excepción a estos dos modelos es Suiza: con una puntuación 20 puntos superior a la media de la OCDE, tiene una diferencia de 43 puntos entre los alumnos nativos y los inmigrantes. Esta es la diferencia media en la OCDE, pero lo interesante es que ha reducido la brecha un 50% en estos últimos 10 años.

Los países como España, Italia e Irlanda que han experimentado una brusca subida de alumnos inmigrantes, están viendo cómo la diferencia crece

Un caso curioso es el de Suecia. Según el MIPEX –un estudio que periódicamente evalúa las políticas migratorias de más de 30 países, fundamentalmente europeos–, Suecia goza del mejor sistema educativo en cuanto a la integración de los inmigrantes, con un profesorado muy preparado y unas aulas adecuadas para la atención de la diversidad. Sin embargo, la diferencia entre inmigrantes y nativos en la prueba de lectura de PISA fue de 65 puntos, muy por encima de la media. Además, desde el año 2000 esta brecha ha aumentado.

Diferentes tendencias

En lo que a tendencias se refiere hay que destacar, para bien, las de Bélgica, Suiza o Alemania, tres países con un número muy importante de población inmigrante en sus aulas que han logrado reducir la brecha educativa de manera considerable. Por el contrario, Italia, España e Irlanda son los países en los que más ha aumentado la diferencia entre inmigrantes y nativos desde 2008.

El caso de Australia es también un ejemplo: los extranjeros han pasado de obtener 15 puntos menos hace 10 años a adelantar a sus compañeros nativos en 10 puntos en la última prueba PISA. Y todo con un 25% de alumnos inmigrantes por aula, una de las tasas más altas de toda la OCDE.

Fuera de Europa destacan por sus buenos resultados Hong Kong, Australia, Nueva Zelanda y Canadá

Estados Unidos ha visto aumentar sus alumnos extranjeros en 7 puntos (del 13% al 20%) y sin embargo ha conseguido que los alumnos inmigrantes puntúen mejor que los nativos de su misma clase socioeconómica. También en Nueva Zelanda ha aumentado el alumnado inmigrante del 20% al 25% sin que se resienta la escasa diferencia de resultados entre unos y otros (15 puntos a favor de los nativos).

En resumen, se puede decir que los países acostumbrados a altos porcentajes de inmigración en sus aulas están siendo capaces, sobre todo fuera de Europa, de moderar o incluso eliminar la brecha entre alumnos: tal es el caso de Australia, Canadá, Nueva Zelanda, Estados Unidos, Suiza o Alemania. En cambio, los países que han experimentado una brusca subida de alumnos inmigrantes, sin estar acostumbrados a ello, en los últimos años están viendo cómo la diferencia crece: España, Irlanda e Italia son tres claros ejemplos.

No obstante, existen excepciones a estos patrones: Rusia ha pasado del 4% de alumnos extranjeros en el año 2000 a más del 12% en 2009. Sin embargo, la diferencia de calificaciones en PISA está en torno a los 20 puntos. El caso contrario es el de Francia: a pesar de haberse mantenido estable en cuanto al porcentaje de alumnos inmigrantes, la brecha a favor de los nativos ha aumentado 10 puntos desde 2000 a 2009.

Los autores del informe de la OCDE vuelven a subrayar la influencia de la clase socio-económica en las puntuaciones de inmigrantes y nativos, pero achacan solo la mitad de la diferencia a este factor. Lo demás, opinan, depende de que los alumnos hablen en sus casas el idioma en el que reciben la educación, o de si son inmigrantes de primera o segunda generación. No obstante, también los sistemas educativos pueden adaptarse mejor o peor al fenómeno de la inmigración, y es ahí donde hay que centrar los esfuerzos.

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