Los catedráticos alemanes cobrarán según su rendimiento

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En un futuro próximo, el sueldo de los catedráticos de las universidades alemanas dejará de depender de la antigüedad y pasará a regirse por su rendimiento profesional. Además, según planes presentados por la ministra federal de Educación, Edelgard Bulmahn, los candidatos a ocupar una cátedra ya no tendrán que someterse al largo proceso de la habilitación. El gobierno socialdemócrata prevé aplicar estas reformas, que llevaban planteándose desde 1998 (ver servicio 165/98), antes de que acabe la legislatura actual, según informa Die Welt (11-IV-2000).

Tras consultar a una comisión de expertos, Bulmahn afirmó que los catedráticos recibirán un sueldo base al cual se añadirán otros complementos que dependerán del número de alumnos y cursos atendidos, publicaciones, cargos ocupados en la universidad, etc. Además, se tendrá en cuenta la opinión de los estudiantes sobre los profesores. En principio, el sueldo mínimo será de 8.300 marcos alemanes mensuales (unos 4.150 euros) para profesores universitarios y de 7.000 marcos (unos 3.500 euros) para los de las escuelas técnicas superiores. El complemento variable de los ingresos oscilará entre el 20% y el 30% del sueldo base y será revisado y actualizado cada 5 ó 7 años.

En el conjunto de propuestas se incluye además la creación de las llamadas «cátedras junior», a las que podrán acceder doctores de las diferentes carreras y que no dispondrán de los mismos medios que las cátedras tradicionales. Las «cátedras junior» podrán desempeñarse durante seis años, y para ocuparlas no será necesario realizar la habilitación (trabajo de investigación posterior al doctorado que han de realizar los candidatos a ocupar una cátedra en Alemania). Los profesores «junior» serán elegidos por las universidades según sus calificaciones y aptitudes y, tras los seis años de servicio, podrán ser contratados por alguna otra universidad, no por la de origen. Con esta medida se pretende reducir la edad media de entrada de los nuevos profesores, que en la actualidad es de 42 años.

Pese a todos estos cambios, los catedráticos alemanes mantendrán el status de funcionario, decisión que algunos sindicatos calificaron de «insatisfactoria». Según ellos, todos los profesores deberían ser contratados, eliminando de las universidades cualquier modelo funcionarial.

Por su parte, los catedráticos, primeros afectados por el paquete de medidas, criticaron duramente las reformas salariales previstas, asegurando que estas traerán consigo fuertes reducciones en sus ingresos.

Desde hace varios decenios, las universidades alemanas se quejan de la escasez presupuestaria frente al aumento paulatino de alumnos, muchos de los cuales tardan más tiempo del previsto en terminar la carrera. Para evitar que las universidades estén sobrecargadas de gente que no estudia, los ministros de Cultura y Educación de los Länder alemanes pretenden penalizar económicamente a aquellos alumnos que sobrepasen el límite de años académicos fijados para cada carrera.

En la actualidad, las universidades alemanas son prácticamente gratuitas. Los ministros quieren que sigan siéndolo. Sin embargo, la mayoría de ellos se ha pronunciado a favor de adoptar un sistema de «cuentas estudiantiles», según el cual el estudiante recibiría al comenzar la carrera un documento que le acredita para asistir a cursos y seminarios por un número de créditos determinados. Entonces, a lo largo de sus estudios, el alumno va restando créditos de su cuenta. Si esta se consume antes del examen final de carrera, las universidades podrán exigir tasas en concepto de multa.

Vicente Poveda

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