En Nigeria empiezan a devolver las escuelas expropiadas a las misiones

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Lagos. La prometida devolución de las escuelas de las misiones, nacionalizadas hace 25 años, ha comenzado en el Estado de Lagos, que ha devuelto 48 escuelas. Cuando el gobierno militar de Nigeria expropió todas las escuelas de las misiones (católicas, metodistas, musulmanas, baptistas, anglicanas…), las razones aducidas fueron armonizar los criterios educativos y favorecer la igualdad de oportunidades a todos los niveles. Pero también influía el sentimiento anticolonialista entonces dominante y el deseo de autogobierno, que llevaba a sospechar de todo lo extranjero.

Ahora se intenta corregir este error, pues las escuelas nacionalizadas no han conseguido mantener el nivel académico y la formación moral que la sociedad reclama. Muchos de los antiguos alumnos de las escuelas de las misiones, que ahora tienen en torno a los cuarenta años, están propugnando que sus hijos puedan recibir una educación de ese tipo que esté de acuerdo con lo que se les enseña en casa.

Con el actual régimen civil, constituido en 1999, varios gobiernos de los Estados de la federación prometieron devolver las escuelas expropiadas a sus antiguos propietarios. El gobernador del Estado de Edo, Lucky Igbinedion, fue el primero en intentar la devolución (ver servicio 162/99), pero tuvo que dar marcha atrás por las protestas. Otros han ido adelante. El pasado agosto, el gobernador del Estado de Lagos, Bola Tinubu, anunció la devolución de 48 escuelas, 8 de ellas católicas. Entre las razones alegadas para tomar esta medida mencionó el declive del nivel académico y de moralidad, la falta de exigencia y disciplina y la necesidad de que el gobierno se centre en otros asuntos que no puede atender la sociedad civil.

Como era de esperar, este anuncio fue recibido con división de opiniones. El mayor rechazo vino del sindicato de profesores (NUT), que dijo que el traspaso «iba contra los intereses de profesores, padres y alumnos». Muchos piensan que este «interés» se refiere a la resistencia de los profesores a someterse a mayores exigencias en el trabajo, pues están acostumbrados a una atmósfera escolar que favorece la pereza y la laxitud.

Ante estas críticas y protestas, el gobernador del Estado de Lagos se ha esforzado por garantizar un traspaso tranquilo a los antiguos propietarios. Éstos tendrán libertad para prescindir de los profesores que consideren no adecuados, pero los despedidos serán reabsorbidos como empleados del gobierno. El Estado ha llegado a un acuerdo con los propietarios de las escuelas por el cual se compromete a seguir pagando los salarios de los profesores, mientras que la entidad titular se ocupa de todos los aspectos tanto educativos como administrativos, incluidos la contratación del profesorado y la admisión de alumnos.

Una delegación de la NUT se entrevistó con el gobernador del Estado de Lagos para protestar contra la devolución de escuelas. El gobernador les replicó que los profesores que perdieran su puesto en estas escuelas podían pasar a las escuelas estatales o dejar la docencia, y que la decisión había sido tomada en interés de padres y alumnos. «Pero si los profesores no quieren ser transferidos de un colegio a otro, que busquen un nuevo trabajo, porque en sus contratos no está incluida una cláusula de no transferencia».

Considerando el mal estado de muchas escuelas y la alta tasa de indisciplina, que podía contagiarse a los nuevos alumnos, se temía que los misioneros rechazaran hacerse cargo de las escuelas. Pero a pesar de todos estos inconvenientes, los misioneros han aceptado la devolución y ya se han ocupado del reclutamiento de profesores y de la admisión de alumnos para el nuevo curso, protegiendo a los nuevos lo más posible.

La actitud decidida del gobierno del Estado de Lagos en esta resolución y el hecho de que los nuevos propietarios se hayan hecho cargo de las escuelas pueden hacer que otros Estados sigan sus pasos. Basta decir que están surgiendo en el país muchas escuelas privadas bien llevadas, y que los padres muestran cada vez más interés en matricular allí a sus hijos. Ante esta evolución, las nuevas escuelas de las misiones van a afrontar una dura competencia en la calidad de la enseñanza.

Para asegurar la educación moral y académica de sus hijos, muchos padres están invirtiendo en educación; esto era algo impensable en el pasado, cuando se consideraban superfluos los gastos que se realizaran en educación. Sin embargo, ahora las familias se sacrifican de buena gana para dar a sus hijos una educación de calidad. Los padres que no tienen dinero para enviar a sus hijos a estudiar al extranjero, empiezan a tener una buena alternativa en la propia Nigeria.

Eugene Agboifo Ohu

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