Vattimo, el último posmoderno

publicado
DURACIÓN LECTURA: 5min.

Gianni Vattimo (CC Ministerio de Cultura de la Nación Argentina)

 

Con la muerte de Gianni Vattimo (1936-2023) se puede asociar la disolución de la posmodernidad filosófica que él, junto con otros, puso de moda.

Inspiraciones varias

Partiendo de Nietzsche tal como lo interpretaba Heidegger, y combinando elementos de la hermenéutica de Gadamer y de varias filosofías del lenguaje, la obra de Vattimo era de difícil asimilación por los no especialistas. Pero cuando publica, en 1983, Il pensiero deboleEl pensamiento débil–, este titular tiene eco en los medios y lo posmoderno entra en el mainstream. No se llegó al fondo de la destructividad que eso traía consigo. En ese libro, Vattimo escribía: “Repensados de este modo los trazos del ser y de la verdad en términos débiles, el pensamiento –en el sentido de pensamiento filosófico, pensamiento sobre el ser– no podrá ya reivindicar la posición de soberanía que la metafísica le ha atribuido –en general con una treta ideológica– frente a la política y la praxis social”.

Poco después, afina mucho más en La fine della modernità (1985), que sirve, al menos en las interpretaciones mediáticas que se hacen, para señalar cómo la Modernidad había muerto y se había entrado en otra forma de pensar, de hablar y de ser. Cosa que era así, lo dijera o no la filosofía.

Superación de la posmodernidad filosófica

Sucede que la posmodernidad filosófica ya ha sido superada y no pocos filósofos profesionales están en otra cosa. Por un lado, se hace una filosofía cada vez más literaria, como es el caso de Byung-Chul Han. Por otro, desde algunas formas de la lógica, como la modal, se busca un nuevo acceso al pensamiento metafísico, que significa, como desde el principio de la filosofía, tratar a la vez de lo uno y lo múltiple (Parménides/Heráclito).

Otra cosa es la posmodernidad cultural, con la posverdad, el transhumanismo, el relativismo… A la vez, este posmodernismo acaba reduciéndose a un nihilismo, aunque no al que tratara Nietzsche y Vattimo estudiara, sino a su calderilla. Se puede hablar, por eso, de una post-postmodernidad en la que el pensamiento débil deja de serlo, para convertirse en un discurso mediático, en busca de una inmediata y pasajera eficacia pragmática. En ese sentido, la obra de Vattimo no ha tenido trascendencia social, por más que goce de una consistencia que pide ser más estudiada, como reflejo de toda una época.

Vattimo y el cristianismo

En realidad, casi toda la obra de Vattimo es un diálogo con Nietzsche, del que acepta el nihilismo de “la muerte de Dios”, después de la negación de cualquier posibilidad metafísica. Pero, como Nietzsche, aunque no con la agresividad de quien filosofa con un martillo, sino con la suavidad y la finura del estilo italiano, no deja de tener en cuenta lo que a la vez rechaza y acepta: la religión.

Eso se nota, sobre todo en sus últimas obras, que doy con el título original, fácilmente traducible, como Dopo la cristianità. Per un cristianesimo non religioso (2002); Il Futuro della Religione (2005), con Richard Rorty; Verità o fede debole. Dialogo su cristianesimo e relativismo (2006), con René Girard; Non essere Dio. Un’autobiografia a quattro mani (2006); After the Death of God (2007), con John D. Caputo.

Y especialmente, Dio: la possibilità buona. Un colloquio sulla soglia tra filosofia e teologia (2009), en coloquio con el teólogo laico Carmelo Dotolo. En resumen, este libro baraja tres posibilidades: seguir considerando a Dios como el fundamento metafísico del mundo; o Dios ha sido secularizado y puede servir como una buena utopía de la historia; o quizá el perfil de un Dios-Amor puede dejar ser el mundo en su alteridad, permaneciendo Él como una buena posibilidad para la historia.

Quizá podría definirse a Vattimo como defensor de un pensamiento débil, pero de un corazón compasivo

Me parece ver en las últimas posiciones de Vattimo un “diplomático” retorno a la fe de su juventud, ya que perteneció a la Acción Católica, pero sin descartar “la muerte de Dios”, resultado, según Nietzsche, de la necesaria afirmación de solo lo humano: “Esta vida, tu vida eterna”. Se refiere con frecuencia a la figura de Cristo, como salvador de lo humano. “Dios no es una proposición verdadera, sino alguien encarnado en Jesús, que es caridad”, escribe en Verità e fede debole. Ese su “cristianismo” no tiene Iglesia, aunque, a la vez, el último Vattimo no dejó de mostrar su simpatía por el papa Francisco.

La no-definición de la filosofía de Vattimo y, en general, de casi todas sus actitudes es algo que se da con frecuencia en un modo de ser italiano, muy visible en la política y en la diplomacia. Incluso se puede remontar a Dante, con aquel “porque más que saber, dudar me agrada”. Es lo del “final abierto”, la “poesía de lo incompleto”. O en aquello de Lampedusa: “Si queremos que todo quede como esté, hace falta que todo cambie”.

O quizá no: “También yo me defino como cristiano porque creo que el cristianismo es más ‘verdadero’ que todas las demás religiones, precisamente porque en cierto sentido no es una religión… quiero decir que afortunadamente, Jesucristo me ha liberado de las creencias en los ídolos, las divinidades, las leyes naturales, etc., y, por lo tanto, en este sentido me defino como ateo, pero naturalmente sólo con respecto al Dios de los filósofos, es decir, el dios ‘acto puro’”.

El ataque a la metafísica del ser (aun desconociéndola) venía ya de Hume (siglo XVIII). Lo recoge, a su modo, Heidegger (a través de Nietzsche), aunque propone otra que niega el “Ipsum Esse Subsistens”. A eso se suman los neopositivistas y, a su modo Wittgenstein (aunque afirmando que es más importante lo místico que lo filosófico).

Quizá podría definirse a Vattimo como defensor de un pensamiento débil, pero de un corazón compasivo. Por eso, a la hora de elegir entre Dionisos o el Crucificado (que era la alternativa de Nietzsche), abandona al alemán en favor de quien venía a remediar la miseria humana. En mi opinión, la filosofía puede concebir a Dios como “acto puro”, pero a la vez se sabe que “Dios es amor”. Creo que estas palabras de san Juan irían bien, si se desease, en la tumba de Gianni Vattimo.

Gianni Vattimo falleció el 19 de septiembre de 2023 a los 87 años de edad.

Un comentario

Contenido exclusivo para suscriptores de Aceprensa

Estás intentando acceder a una funcionalidad premium.

Si ya eres suscriptor conéctate a tu cuenta. Si aún no lo eres, disfruta de esta y otras ventajas suscribiéndote a Aceprensa.

Funcionalidad exclusiva para suscriptores de Aceprensa

Estás intentando acceder a una funcionalidad premium.

Si ya eres suscriptor conéctate a tu cuenta para poder comentar. Si aún no lo eres, disfruta de esta y otras ventajas suscribiéndote a Aceprensa.

Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.