Pleitos por plagio de formatos televisivos

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La televisión actual se caracteriza por una abundante oferta de programas… que se parecen muchísimo entre sí. La lucha por la audiencia lleva a imitar todo lo que tiene éxito. Las cadenas adquieren formatos de «reality shows», pagando elevadas sumas a los inventores. Pero un formato no es un guión, sino una idea o esquema de programa, y las leyes actuales de propiedad intelectual no contemplan expresamente su caso. De modo que empieza a haber pleitos por presuntos plagios, como informa «The Economist» (25-09-2004).

El británico Simon Fuller, dueño del canal 19TV y ex manager de las Spice Girls, produjo «Pop Idol» y su réplica norteamericana «American Idol», un concurso para aspirantes a estrellas de la canción. Ahora ha llevado a los tribunales a Simon Cowell, coproductor de «American Idol», que ha estrenado por su cuenta en una cadena británica un programa similar llamado «The X Factor». Fuller le acusa de copiar descaradamente la fórmula de «Idol».

Hay al menos otro caso similar. Leight Burton, productora independiente de 33 años, asegura que concibió un formato de concurso televisivo para boxeadores, y en noviembre de 2003 llegó a un acuerdo con Oscar de la Hoya y su compañía, Golden Boy Promotions, para realizar el programa correspondiente. En este sector, De la Hoya es el presentador con más tirón en EE.UU. En marzo de 2004 las negociaciones habían quedado estancadas, y entonces Burton se entera de que De la Hoya ha hecho un trato con Endemol y Fox para presentar un programa llamado «The Next Great Champion», que se estrenó la segunda semana de septiembre. Burton alega que este «reality show» es un calco de su idea original.

Mientras ocurría todo eso, Dreamworks TV ofrecía a De la Hoya ser el presentador de otro «reality show» similar para la cadena NBC. Se llamaría «The Contender» y estaría coproducido por Mark Burnett (creador de «The Apprentice», una especie de «Gran Hermano» para directivos de empresa). Enrabietada porque la Fox se le hubiera adelantado, en agosto la NBC trató de paralizar judicialmente «The Next Great Champion». No lo consiguió.

«Todos tenemos las mismas ideas; la cuestión se reduce a cómo las materializa cada uno», comentaba un ejecutivo en la entrega de los premios Emmy. Precisamente por eso, Burton tuvo el cuidado de redactar un esquema desarrollado de su idea y registrarlo en el Writers Guild of America (un registro de guiones).

Bruce Boillet, uno de los mejores abogados norteamericanos especializados en estas cuestiones, señala que las cadenas y las productoras «se aprovechan de su poder para atraer a nuevos talentos y robarles sus ideas, porque los autores temen que la industria les ponga en la lista negra si se resisten al robo». Por su parte, «The Economist» explica: «Las cadenas saben que, en ausencia de guión, la legislación es imprecisa, y si sufren alguna condena judicial (parece que no ha habido ninguna hasta ahora), no llegará antes de que hayan recaudado los beneficios».

Para combatir la confusión, David Lyle, otra figura de la televisión norteamericana, ha fundado la Format Recognition and Protection Association, con la que aspira a dar respaldo legal a esas ideas que son la columna vertebral de los «reality shows».

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