En Italia no reconocen a los colegios salesianos en «La mala educación»

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En Italia se acaba de estrenar «La mala educación», de Pedro Almodóvar (ver servicio 48/04), y los primeros comentarios indican que los espectadores no reconocen a los salesianos en ese retrato al vitriolo. En un diario tan laico como «La Repubblica» (8-10-2004), el articulista Francesco Merlo titula: «No exageres, Almodóvar. El retrato exagerado de los sacerdotes pedófilos no se parece a la realidad».

En Italia, como en otros países, los salesianos son muy estimados, y es reconocida su labor pionera en la educación de las clases populares. No hace mucho la RAI programó una ficción sobre don Bosco, el fundador de los salesianos, a la que se refiere el crítico de «La Repubblica»: «En la ficción de la RAI, seguida por ocho millones de espectadores, los salesianos eran los educadores apasionados que salvaban a los hijos del pueblo de un destino de violencia y de ignorancia, mientras que en el film de Almodóvar regentan colegios al estilo de campo de concentración». En la película «todo es un crescendo bruegheliano de acciones maníacas de salesianos pedófilos y homosexuales, veinte años de estupros, homicidios y extorsiones, hasta el punto que, al final, en una zarabanda infernal de perversiones masculinas, no se entiende ya si el film es contra los curas, o contra los curas ineluctablemente homosexuales o, involuntariamente, contra los homosexuales».

Merlo dice claramente: «Los salesianos de Almodóvar no se parecen a los sacerdotes de Italia. Es verdad que no existen estadísticas italianas sobre abusos sexuales de sacerdotes y monjas, pero quien asista a una escuela católica sabe que nuestros curas tienen la misma cara que nuestros laicos: los hay estupendos y los hay pésimos». Según su experiencia, «la pedofilia de los curas en los colegios era un fenómeno marginal, raramente atroz, y yo, que he asistido al colegio de los salesianos durante ocho años en mi ciudad, recuerdo uno solo», más bien víctima de las bromas de los alumnos.

Tampoco le ha gustado al articulista la visión de la homosexualidad que trasmite la película de Almodóvar: si el mundo homosexual fuera así, dice, «un mundo donde la sexualidad es siempre violenta y jamás tierna, el mundo aburrido donde nada se hace si no es para complacer sexualmente a otro hombre, también nosotros estaríamos contra los gays, para no morir de aburrimiento y para no dejarlos morir de infelicidad». En suma, «tampoco la homosexualidad en Italia se parece al infierno de Almodóvar».

Merlo advierte que el film «entronca con la vena anarco-anticlerical de grandes españoles como Buñuel», y le reprocha «el exceso que caracteriza también a ciertas manifestaciones de la política española», como la reciente propuesta del gobierno de permitir la adopción a las parejas homosexuales.

No niega Merlo el talento cinematográfico de Almodóvar para expresar su mundo peculiar. «Pero hacer de este mundo una ideología de libertad es tanto como creer de verdad que nuestros buenos salesianos son todos satánicos pedófilos y pervertidos homicidas».

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