El vídeo a la carta se extiende en Europa

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El vídeo a la carta («video on demand», VOD), muy extendido ya en Estados Unidos, empieza a implantarse en Europa. El año pasado abrieron más de 40 servicios de vídeo a la carta en el continente, de suerte que la oferta de películas sobrepasa los 2.000 títulos, diez veces más que hace cinco años. Son datos de un estudio publicado en Francia por el Centre National de la Cinématographie.

El estudio examina el desarrollo del vídeo a la carta en diez países, y observa grandes diferencias. Gran Bretaña, país pionero, ha sido alcanzada por Francia, que hoy tiene el mayor número de servicios (13: todos menos uno, inaugurados el año pasado o el corriente) y el catálogo más nutrido (más de 700 películas). La oferta va a aumentar ahora gracias al acuerdo entre France Télécom y Buenavista (la distribuidora de Disney), hecho público el 4 de abril, por el que las producciones de la «major» norteamericana se podrán encargar para recibirlas en el ordenador o en el televisor.

Alemania e Italia son otros dos grandes mercados, mientras que en Austria, España, Finlandia, Polonia y Portugal el vídeo a la carta apenas ha arrancado. Hungría es el único país de los diez donde no hay aún ningún proveedor.

Diez de los servicios existentes en los países estudiados pertenecen a cadenas de televisión: Premiere en Austria y Alemania, Canal+ en Francia, BSkyB en Gran Bretaña, la RAI, etc. Están presentes también cuatro compañías de cable (las británicas NTL y Telewest, la española Ono y la portuguesa Cabovisão). Otros once servicios son de portales de Internet: LoveFilm en Gran Bretaña, Absolut en Alemania, Accine en España, Cinezime en Francia… Pero los competidores más activos, principales responsables de la reciente expansión, son los operadores de telecomunicaciones: France Télécom, Telekom Austria, T-Online (Alemania), BT (British Telecom), Telefónica (España) y diez más.

Solo cinco de los servicios examinados en el estudio se prestan por cable -el vehículo original del vídeo a la carta-: justamente los de los operadores de cable mencionados más FilmFlex (Gran Bretaña), al que se accede por las redes de NTL y Telewest. En consonancia con el predominio de portales y de operadores de telecomunicaciones, lo más común es la distribución por Internet (al ordenador) o DSL (al televisor). Por último, la cadena Premiere ofrece en Alemania y Austria vídeo a la carta vía satélite, lo que exige usar el sistema llamado Push VOD con PVR («personal video recorder»). (Este sistema se usa para ahorrar ancho de banda, pues el satélite tiene menos capacidad: fuera de horas punta, se envía a los abonados un menú de películas seleccionadas del catálogo, que se guardan en el disco duro del PVR para escoger alguna y verla después.)

Aunque el grueso de la oferta es cine, también hay documentales, series de televisión y otros programas. La tarifa más usada es el pago por visión, por lo general a 2-5 euros por unidad. Pero en algunos servicios se puede pagar un abono mensual por un paquete de vídeos.

Según el estudio, el vídeo a la carta traerá «importantes cambios en el modo de acceso a los programas y en la economía del sector, sobre todo en la financiación de las producciones». En Europa, las películas estrenadas en el año son todavía una parte muy pequeña (el 5%) de las disponibles en vídeo a la carta. Pero el paso de una fase de explotación a la siguiente (del estreno en salas al alquiler del vídeo, emisión en televisión -primero de pago y luego gratuita-, venta del DVD…) tiende a acortarse. En Gran Bretaña, del estreno a la disponibilidad en vídeo a la carta transcurren solo 60-90 días. En Estados Unidos ya ha habido una película que salió a la vez en los cines, en DVD y en vídeo a la carta: «Bubble», de Steven Soderbergh.

El vídeo a la carta admite otras modalidades que se empiezan a ensayar. La televisión a la carta (TVOD) hace que la parrilla ya no sea inexorable: quien se ha perdido un programa puede verlo en diferido. La cadena norteamericana CBS ofrece TVOD por la red de cable de Time Warner, y la BBC ha hecho pruebas con un servicio similar. La otra modalidad es los vídeos para teléfono móvil: naturalmente, no películas, sino breves «sketches» tomados de la televisión, selecciones de jugadas de un partido de fútbol… Pronto habrá programas específicos para el celular, por ejemplo, series compuestas por episodios de un minuto y medio cada uno, como la que está emitiendo en Francia Canal+, en plan experimental.

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