La fecundación in vitro ha dado origen a un “baby business” en las clínicas de reproducción asistida, con prácticas que no respetan lo establecido en una ley muy complaciente. La noticia de la concesión del Premio Nobel de Medicina a Robert Edwards, gran patriarca de los “bebés probeta”, ha ido acompañada de informaciones entusiastas y simpáticas fotografías de padres con un bebé en brazos, que han podido cumplir su sueño gracias a estas técnicas. Es comprensible su alegría, entre otras
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