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Cada vez menos médicos quieren trabajar en clínicas abortistas

publicado
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Tras una primera generación de médicos dispuestos a realizar abortos por motivos militantes, cada vez menos médicos quieren dedicarse a una actividad ingrata y profesionalmente mal considerada. En diversos países, esta escasez empieza a preocupar a las organizaciones favorables al aborto.

En Holanda, las clínicas dedicadas exclusivamente a este negocio se están quedando sin médicos. Los que trabajaron en la primera oleada en los años 70 empiezan a jubilarse y pocos médicos de la generación joven quieren especializarse en la práctica del aborto. La Fundación Stimezo, propietaria de dichas clínicas, ha hecho un llamamiento al Consejo Nacional del Seguro de Enfermedad para pedir que se financie su especialidad, que también atraviesa apuros económicos, según menciona el diario De Telegraaf (19-IX-98). La dirección de Stimezo está pensando en transformar las clínicas de aborto en centros de planificación familiar y de asesoramiento en cuestiones de fertilidad, para atraer a profesionales jóvenes.

Actualmente las clínicas cuentan con 60 médicos abortistas, y en casos de enfermedad o vacaciones tienen que recurrir a colegas de otros hospitales. En Holanda el número de abortos provocados ha mostrado una tendencia ascendente desde 1990, y en 1997 tuvieron lugar 29.266 abortos, sobre todo entre menores de 20 años y mujeres extranjeras. La ley permite abortar hasta la semana 22 del embarazo.

En Francia, una huelga de médicos en el Centro de interrupción voluntaria del embarazo (IVG) de Roubaix ha planteado la cuestión del futuro de estos centros creados para realizar abortos. Los seis médicos del centro de Roubaix piden que su precario estatuto actual -contratos por un año, sin reconocimiento de antigüedad y sin vacaciones pagadas- se transforme en un contrato por tres años. El hospital se ha negado hasta ahora alegando motivos presupuestarios.

Esta actividad sigue estando mal considerada. Según declara a Le Monde (23-IX-98) uno de los médicos en huelga, «cuando se crearon los centros IVG, los médicos se comprometieron por convicción en esta misión de salud pública, sin un verdadero estatuto. Era un acto de militancia». Ahora los más jóvenes reclaman mejores condiciones de trabajo y cierto reconocimiento. «Dentro de algún tiempo, nadie querrá trabajar en condiciones tan poco envidiables».

En Estados Unidos, los promotores del aborto reconocen que «no hay suficientes médicos competentes que lo realicen», según informa el California Medicine Report (mayo-junio 1998). Un reciente informe de la Kaiser Family Foundation publicó que la mitad del total de abortos son realizados por médicos de más de 50 años, que en muchos casos atienden esta actividad desplazándose de un distrito a otro.

Una de las principales razones para la disminución de médicos que abortan es que pocos estudiantes de Medicina o residentes, incluso los de ginecología y obstetricia, se especializan en eso. Según un estudio publicado en 1995 en la revista Family Planning Perspectives, favorable al aborto, sólo el 5% de los médicos residentes de ginecología y obstetricia se declararon dispuestos a practicar abortos.

En España, más del 97% de los 51.000 abortos anuales se practican en clínicas privadas, que se han hecho con el mercado de esta actividad. En los hospitales públicos, la gran mayoría de los especialistas invocan la objeción de conciencia. El pasado día 22, el Congreso rechazó por un solo voto (173 contra 172) una propuesta de ley del partido socialista que pretendía ampliar los casos de legalización del aborto, dejándolo libre durante las 12 primeras semanas, y restringir el ejercicio de la objeción de conciencia de los médicos en el sector público (ver servicio 125/98).

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