La moda del Apocalipsis zombie sigue poblando de títulos la cartelera cinematográfica, la parrilla televisiva y, cómo no, los videojuegos. La última apuesta del estudio de Uncharted 2 se suma a la lista, aunque se desmarca enseguida de la competencia.
La trama consiste en cruzar los Estados Unidos con una misteriosa niña para llevarla a un lugar seguro. Se controla a un curtido contrabandista que hará las veces de guía y guardaespaldas, y habré que lidiar con numerosos imprevistos a lo largo del camino.
En un mundo en el que los infectados son casi tan peligrosos como los demás supervivientes, solo la progresiva relación paternal con la muchacha puede arrojar algo de esperanza. En este sentido, el juego ofrece una visión muy humana de los protagonistas e invita a implicarse en su loable causa. La trama, interpretada por actores de Hollywood, mantiene el interés en todo momento y emociona. Mención especial para el desenlace, que eleva el conjunto con un dilema moral sobre la importancia de cada persona y los medios necesarios para conseguir un fin.
Los obstáculos pueden afrontarse de dos maneras: empleando el sigilo o la fuerza bruta. No siempre es necesario matar al enemigo, y de hecho, dada la escasez de útiles y la violencia de los contraataques, conviene distraer su atención con objetos arrojadizos. Si la estrategia se tuerce dispondremos de una amplia variedad de opciones de combate: desde ataques físicos, con eliminaciones en función del contexto, pasando por armas improvisadas hasta llegar a las de fuego. La representación en todos los casos es visceral y queda limitada a mayores de edad.

La principal aportación de The Last of Us es su sistema de creación de útiles. Al activarlo, el protagonista abre su mochila y muestra los escasos artículos que ha ido recogiendo para que el jugador decida qué fabricar. Esto no solo aporta estrategia, porque hay que escoger sabiamente entre crear objetos curativos u ofensivos, sino que además eleva la tensión al suceder sin pausa alguna, dejando al protagonista desprotegido durante el proceso. También las armas, sean o no de fuego, se pueden potenciar para mejorar sus atributos o dotarlas de mayor vida útil.
Ante la dispersión de la amenaza enemiga, se cuenta con un recurso verosímil para localizarla: el sentido del oído. Con un botón se puede guardar silencio de tal modo que se preste más atención al entorno y se puedan situar las amenazas cercanas a través de las paredes como si de un sónar se tratase. Puede parecer demasiada ayuda pero resulta sumamente útil y, si se es un jugador experimentado, incluso se puede desactivar.
Una cuestión habitual es qué tal se comporta la inteligencia artificial, y en este caso no hay mucho que reprochar. Los compañeros de viaje colaboran eficazmente con la estrategia adoptada y, del mismo modo que pueden librarnos de un letal encontronazo, hay que velar por su salud. Los enemigos también son coherentes: los humanos están organizados y los infectados atacan de forma caótica. Tan solo una nota negativa: algunos enemigos, al alertarse, entran en un extraño bucle que les impide salir de una ruta concreta, lo que puede dificultar el avance.
En general, un título imprescindible para los usuarios de PS3 que sean mayores de edad. En él encontrarán no solo una variada fuente de situaciones de riesgo sino además uno de los juegos más redondos, vistosos y mejor escritos que se han hecho.