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El proyecto de implantar la ley islámica en un Estado nigeriano provoca enfrentamientos entre cristianos y musulmanes

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Lagos. Más de 300 muertos han causado los enfrentamientos entre cristianos y musulmanes en el Estado nigeriano de Kaduna. El motivo del conflicto es el plan de implantar la sharía (ley islámica) en Kaduna, como ya se ha hecho o se pretende hacer en otros Estados del norte.

Poco antes, el Parlamento de Kaduna nombró una comisión para estudiar la implantación de la sharía. Ya entonces comenzó la controversia, pues muchos objetaron que los puestos de la comisión no se habían repartido equitativamente entre musulmanes y cristianos. Aunque Kaduna está en una zona predominantemente musulmana, la mayoría de sus habitantes son cristianos. Varios cientos de ellos participaron el 21 de febrero en una manifestación convocada por la Asociación Cristiana de Nigeria contra la implantación de la sharía. En parte, era una respuesta a anteriores concentraciones en favor de la sharía que los musulmanes habían celebrado a diario durante tres semanas.

Según parece, los disturbios comenzaron cuando algunos jóvenes gamberros callejeros, conocidos como almajiris, arrojaron piedras a los manifestantes. La pelea consiguiente causó tres muertos. Más tarde, algunos grupos de musulmanes se congregaron para enfrentarse a la manifestación, lo que dio lugar a más muertes. Los disturbios se hicieron más graves cuando algunos jóvenes musulmanes trataron de asaltar la iglesia católica de San José.

Los disturbios y las muertes se prolongaron durante toda la semana, pese al despliegue de soldados y policías y a la implantación del toque de queda. Se calcula que en total han muerto más de 300 personas. Varias iglesias y mezquitas, así como otros establecimientos, han quedado destruidas.

No son una sorpresa estos sucesos, pues los signos de agitación eran evidentes. Pero, desde que empezó el movimiento por la implantación de la sharía, el gobierno federal se ha resistido a intervenir y se ha negado a condenar esos planes. A finales de año, el presidente Obasanjo se limitó a comentar que el conflicto en torno a la ley islámica acabaría por apagarse solo. No parece ser ese el caso.

Tras los disturbios, el arzobispo católico de Lagos, Mons. Anthony Okogie, requirió al gobierno federal para que hiciese pública su postura oficial sobre el asunto. También declaró que el fiscal general de la Federación debería presentar recurso de inconstitucionalidad contra la implantación de la sharía. Asimismo, recordó que el origen del conflicto está en el ingreso de Nigeria en la Organización de la Conferencia Islámica (OCI) en 1986, decidido unilateralmente por el gobierno del dictador militar Ibrahim Babangida. «Toda nación miembro de la OCI -prosiguió el arzobispo- debe tener la sharía… Para demostrar que Nigeria es miembro pleno de la OCI, tiene que implantar la sharía».

Pero el ministro federal de Información, Dapo Surami, reiteró la negativa del gobierno a entrar en el asunto. Según él, eso corresponde al Tribunal Supremo, y el gobierno no debe constituirse en parte para instar un proceso judicial, lo que, en cambio, puede hacer cualquiera que considere violados sus derechos por la sharía. Por su parte, el presidente Obasanjo ha culpado de los incidentes a los líderes de una y otra religión, que -dice- no escucharon sus llamamientos a la tolerancia y a la calma.

Más tarde, Obasanjo hizo una declaración más nítida, en la que señaló que la Constitución está por encima de la sharía. Confirmó que la ley islámica es válida para las comunidades locales musulmanas -como es tradición-; pero no prevalece sobre la Constitución en caso de divergencia, en especial por lo que respecta a las normas penales, más severas que las del Código Penal.

Un ejemplo de esta severidad se ha podido ver en Zamfara, el primer Estado que ha implantado la sharía (ver servicio 154/99). El 10 de febrero, un musulmán fue azotado públicamente con 80 golpes de vara por consumir alcohol. El reo había sido sorprendido bebiendo por uno de los grupos de vigilancia encargados de asegurar la observancia de la sharía. Un tribunal islámico dictó la sentencia, a cuyo cumplimiento asistieron unas quinientas personas. Era la primera vez que se aplicaba una pena prevista por la sharía, que había entrado en vigor dos semanas antes, el 27 de enero. El juez que impuso el castigo dijo sentirse feliz y que aquel era un gran día para Zamfara.

Además de Zamfara, otro Estado del norte, Níger, ha promulgado ya la ley islámica, que entrará en vigor a finales de este año. Y el vecino Estado de Kano, el de mayor proporción de musulmanes del país, aprobó en enero pasado la adopción de la sharía, aunque todavía falta que el gobernador ratifique la medida.

Eugene Agboifo Ohu

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