El plan de condonación de la deuda lleva retraso

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Camerún acaba de convertirse en el undécimo país admitido al plan de condonación de la deuda internacional diseñado por el Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI). De momento, el ingreso en el programa HIPC (Heavily Indebted Poor Countries o países pobres muy endeudados) solo significa que Camerún y los otros diez candidatos aprobados se beneficiarán de una renegociación de sus deudas con el Club de París -que agrupa a los gobiernos acreedores- y recibirán nuevos créditos del FMI para combatir la pobreza. Habrán de pasar tres años o más antes de que se proceda a una reducción efectiva de los débitos.

La razón de la espera es que la iniciativa HIPC condiciona la condonación a la puesta en práctica de programas de lucha contra la pobreza elaborados por los gobiernos deudores. La deuda se irá perdonando según los progresos que se obtengan en ese terreno. La preparación de esos programas y su estudio por parte del BM y el FMI, que deben aprobarlos, requieren tiempo. Por esta razón, entre otras, la iniciativa HIPC no avanza según el calendario fijado. El G7 había marcado la meta de admitir al plan a 20 países antes de que terminase este año. A estas alturas está claro que no se cumplirá el objetivo.

El plan HIPC lleva retraso prácticamente desde que el BM y el FMI lo propusieron en 1996. A la vista de su lento progreso, en 1999 el G7 decidió suavizar los criterios de admisión (ver servicio 142/ 99). Pero los trámites no se han agilizado bastante. Además, los países ricos aún no han reunido los 50.000 millones de dólares necesarios. La mayor parte del dinero que falta corresponde a Estados Unidos, principal accionista del FMI. Aunque a finales de octubre el Congreso norteamericano autorizó al FMI a vender parte de su oro para contribuir al HIPC, todavía no ha permitido al gobierno desembolsar 435 millones de dólares que deberían salir de las arcas nacionales.

Junto con Camerún, los países admitidos hasta ahora son Benin, Burkina Faso, Malí, Mauritania, Senegal, Tanzania, Uganda, Honduras, Mozambique y Bolivia. Hay otros 13 posibles beneficiarios en distintas situaciones. El estudio del caso de Ruanda ya ha culminado, pero el ingreso está suspendido por la participación de este país en la guerra de Congo. Costa de Marfil no entra aún por no estar de acuerdo con la forma en que el FMI y el BM pretenden supervisar cómo cumple los compromisos. El examen de Guyana, Nicaragua y Zambia ha sufrido retrasos, y ha sido aplazado el de Malawi y Chad. En lista de espera están Madagascar, Santo Tomé y Príncipe, Níger y Etiopía. Finalmente, Ghana y Laos se ajustan a la definición de «país pobre muy endeudado», pero no quieren entrar en el plan para no dañar su crédito en los mercados financieros.

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