Doctor Arrowsmith es un relato largo, pausado, con un ritmo narrativo vivo que no decae desde las primeras páginas hasta el final, salpicado por las constantes historias que van surgiendo en la vida de Martin, el médico protagonista.
Merece la pena detenerse en la descripción del carácter de este personaje: “Martin era, como la mayoría de los habitantes de Elk Mills antes de la inmigración eslavo-italiana, un típico americano anglosajón de pura cepa, lo que significa que era una mezcla de alemán, francés, escocés, irlandés, quizás un poco de español, posiblemente un poco de las cepas englobadas como ‘judío’ y una gran cuantía de inglés, que es por su parte una combinación de británico primitivo, celta, fenicio, romano, alemán, danés y sueco”.
Trabaja como ayudante del médico de Elk Mills y más tarde acabará estudiando Medicina en la universidad de Winnemac (estado americano inventado por el autor). Allí conoce al profesor Max Gottlieb, investigador de origen alemán, que marcará su carrera profesional. Ya en la universidad, Martin Arrowsmith comprueba cómo los futuros médicos sólo piensan en ganar dinero, sin que los enfermos y el avance de la medicina les preocupe lo más mínimo. Siguiendo a Gottlieb, Martin se decanta por la investigación.
Como hijo de médico, Sinclair Lewis (1885-1951) conoció de primera mano todo lo que escribe, desde la formación médica y la pugna y envidias entre los profesores hasta el mundo de la investigación y el de las empresas farmacéuticas. Sus consideraciones sobre los aspectos éticos de la profesión son muy lúcidas.
En su momento, la novela, publicada en 1926 (por ella recibió el Premio Pulitzer, que rechazó) supuso una ruptura con un tipo de literatura conformista, que llenaba de aplausos la vida común americana y eludía los aspectos más delicados; Lewis, al contrario, supo afrontarlos en sus novelas con claridad, con un lenguaje sencillo y a veces con un tono humorístico, aunque abordase temas realmente serios y complicados, como ya había hecho en Babbitt.
Su narrativa no ha perdido vigor ni actualidad en los temas de fondo: los problemas éticos que plantea siguen siendo los mismos en nuestra época. Lewis fue el primer escritor norteamericano que obtuvo en 1930 el Premio Nobel de Literatura.