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El descanso dominical, ¿un lujo?

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Abrir o no los comercios en domingo ha sido el gran debate de sociedad en Alemania este verano y promete seguir siéndolo en otoño. La polémica refleja la división entre los partidarios de adaptar las costumbres a las conveniencias mercantiles y los defensores del domingo visto como un tiempo de descanso socialmente compartido.

El debate subió de tono cuando, en claro desafío a la ley, los grandes almacenes Kaufhof de Berlín abrieron cinco horas el domingo 1 de agosto, con un extraordinario éxito de ventas. Como coartada legal utilizaron una ordenanza que permite vender souvenirs los domingos, y marcaron todos sus productos con una etiqueta de «recuerdo de Berlín». La rebelión se extendió a otros comercios de Leipzig y Halle, que abrieron también en los dos siguientes domingos. Pero este desafío no impresionó al Tribunal Administrativo Federal, que dictaminó que los horarios comerciales no pueden infringir el mandato constitucional que garantiza el descanso en domingo.

Los promotores de la apertura dominical son, sobre todo, los grandes almacenes, que alegan la necesidad de responder a las demandas de la clientela. Los sindicatos se oponen y publican firmes comunicados de prensa en los que subrayan que «los deseos de algunos consumidores no deberían prevalecer sobre el derecho de los 2,8 millones de empleados del pequeño comercio a tener horarios de trabajo compatibles con la vida familiar».

Por su parte, la Asociación Alemana de Comerciantes también se ha pronunciado en contra, y los empleados del pequeño comercio han protestado repartiendo octavillas delante de las tiendas que han decidido abir en domingo.

Las iglesias católica y protestantes defienden el descanso dominical. Un portavoz de la Iglesia católica ha declarado que hay que preservar el domingo no sólo por ser «el día del Señor», sino también «un día de descanso, según las tradiciones culturales occidentales, y una pausa que hace posible mantener el ritmo antropológico entre descanso y trabajo». Para el presidente del Consejo de las Iglesias Luteranas, Manfred Kock, la apertura dominical es un rasgo propio del «mundo de la economía de mercado, en el cual se intenta ir creando necesidades».

No se puede decir que los alemanes carezcan de tiempo para comprar, si tenemos en cuenta que son los ciudadanos europeos que menos horas trabajan al año (1.570), frente a 1.812 horas en España, por ejemplo.

El gobierno parece inclinarse por un fórmula de compromiso, para flexibilizar los horarios comerciales. La ley actual, que entró en vigor en 1996, amplió los horarios de cierre hasta las 20 h. en días laborables y hasta las 16 h. en sábado. En domingo, la normal general es el cierre de comercios, con algunas excepciones en sitios turísticos y cuando se celebran ferias y mercados. Ahora, según ha declarado la vicepresidenta del grupo parlamentario socialdemócrata, el gobierno podría permitir la venta hasta las diez de la noche en días laborables, y la apertura de los comercios entre cuatro y seis domingos al año en las grandes ciudades.

Menos fiestas en las Bolsas europeas

Las Bolsas europeas son otro campo donde se plantea abrir más días al año, según informa The Wall Street Journal (12-VIII-99). Representantes de 18 países pertenecientes a la Federación Europea de Bolsas tratan de ponerse de acuerdo para sustituir 57 fiestas nacionales diferentes por 8 fiestas paneuropeas, que serían las únicas en que las Bolsas no trabajarían (aparte del fin de semana). Aquí el problema es la falta de uniformidad. Los promotores del cambio alegan que es preciso llegar a un acuerdo para crear un mercado financiero paneuropeo que compita con el de Nueva York.

La propuesta debatida sugiere que las Bolsas europeas tendrían seis días comunes de fiesta: dos días en Navidad, Año Nuevo, Viernes Santo, el lunes de Pascua y el 1 de mayo, fiesta del Trabajo. Las Bolsas que abren el 24 y el 31 de diciembre deberían considerar el cierre. Como concesión a las sensibilidades nacionales, no se excluye que algunos países cierren ciertos días por «tradición u otros factores».

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