Satoshi Yagisawa (Japón, 1977) es el autor de Mis días en la librería Morisaki, novela que se ha convertido en todo un fenómeno internacional, con traducciones ya a veinte idiomas. Tras el éxito, publicó su continuación, Una velada en la librería Morisaki, con parecida ambientación y personajes. Se trata de novelas amables que presentan las historias de un grupo de personajes que reflexionan sobre la vida y las relaciones humanas.
En Mis días en el café Torunka, Yagisawa sustituye la librería por un viejo café del barrio de Yanaka, en Tokio. Su clientela suele estar formada por ancianos y por personas especiales que buscan saborear un buen café mientras escuchan a Chopin. El propietario se llama Isao Tachibana, y le ayudan en el negocio su hija Shizuku, de diecisiete años, y el joven Shûichi, universitario, que trabaja unas horas en el local.
La novela está formada por tres relatos en primera persona que tienen como telón de fondo su vinculación con el café Torunka. En el primero de ellos, se cuenta la historia de Chinatsu Yukimura. La primera vez que aparece por el café, cuenta a los camareros una inverosímil historia que tiene como protagonista a Shûichi y que transcurre en una vida anterior, en la época de la Revolución Francesa. De entrada, parece que Chinatsu está loca, pero todo acaba teniendo sentido en la narración cuando se conocen mejor el pasado tanto de ella como de Shûichi.
En la segunda historia, el narrador rememora la primera vez que visitó el café. Lo hizo con su novia Sanae, de la que parecía que estaba perdidamente enamorado, pero a la que abandonó sin dar explicaciones para iniciar una nueva y desgraciada vida. Vuelve al café Torunka para recordar y recuperar aquel pasado con Sanae, para él el mejor momento de toda su vida.
El tercer relato tiene como narradora a Shizuku. Cuando se aproxima el sexto aniversario del fallecimiento de su hermana Sumiré, se reencuentra con el antiguo novio de ella, Ogino, lo que provoca el inicio de una serie de cambios inesperados en su vida y en su imagen, que nadie entiende. Gracias a sus amigos, Shizuku aprenderá a analizar los sentimientos que la afectan desde una perspectiva más equilibrada.
Literariamente, estamos ante un libro sencillo en su planteamiento y en la presentación y evolución de los personajes. En estos relatos, bajo el paraguas del ambiente tranquilo y sereno de un café que parece de otra época, se alaba el amor, la amistad y la necesidad de los buenos afectos y recuerdos.