Los hermanos Dardenne presentaron su última película, Recién nacidas, en la sección oficial de la Seminci de Valladolid, donde pudimos tener un encuentro con ellos.
A sus 74 y 71 años, respectivamente, Jean Pierre y Luc Dardenne son dos hermanos perfectamente complementarios. Desde sus comienzos en el cine documental, a mediados de los 80, estos directores y guionistas han conseguido una de las filmografías más laureadas de las últimas décadas. Curiosamente, a pesar de haber sido 6 veces premiados en Cannes (dos con la Palma de Oro a la mejor película por Rosetta y El niño), nunca han sido nominados a un Óscar.
Desde la primera pregunta de esta entrevista en el Teatro Calderón, Luc, más joven, responde con rapidez, mientras que Jean Pierre reflexiona y apunta brevemente. Llevan casi cuatro horas de entrevistas y ruedas de prensa, pero mantienen esa vitalidad y precisión que muestran sus películas. Incluso expresan un jovial sentido del humor cuando nos interrumpe una música de fondo y Jean Pierre le dice a su hermano: “Nunca hemos hecho un musical, tendríamos que atrevernos”, mientras Luc responde con una sonrisa de complicidad.
A lo largo de este encuentro, ambos trazarán algunas de las señas de identidad de su cine: un cine naturalista que pretende acercar al espectador a realidades de desamparo, con especial protagonismo de la infancia, la adolescencia y la inmigración, y con un uso habitual de la cámara en mano y de actores no profesionales. Sus películas se caracterizan por el empleo de metrajes cortos y pausas precisas, con una óptica reflexiva que procura no interferir directamente en la opinión del espectador.
– El argumento de su última película recuerda bastante a una producción española: La maternal, de Pilar Palomero ¿Cómo surgió esta historia? ¿Conocían estos centros de acogida de menores?
– Luc: El guion inicial se centraba en la historia de una chica adolescente que tenía un bebé y que vivía en un centro de acogida. Sabíamos que existían estos lugares, pero nunca habíamos estado en uno, y cuando fuimos nos dimos cuenta de cómo viven allí: las habitaciones, las salas de estar, el jardín; cómo las educadoras enseñaban a las jóvenes a cuidar de sus recién nacidos. Poco a poco dejamos que nos atrapara ese ambiente y entonces pensamos en ampliar el número de personajes, ya que ese lugar nos daba mucho más. No copiamos la realidad en ningún momento en cuanto a las historias, pero el lugar sí nos inspiró. Creo que la película nació allí.
– Este año, la serie Adolescencia, de Netflix, ha ganado todo tipo de premios y ha tenido repercusión internacional. Es un ejemplo de cómo, en los últimos años, la ficción ha retratado esa etapa con tintes muy oscuros y pesimistas. Recién nacidas muestra una realidad muy complicada también, pero con un enfoque más esperanzado. ¿Querían hacer, en cierta manera, una producción a contracorriente de esta percepción bastante generalizada?
– Jean-Pierre: No hemos visto la serie, aunque hemos oído hablar de ella. Pero como decía Luc, nosotros no queríamos ir a contracorriente, sino contar una historia de cómo una joven madre podía en un momento determinado decir “yo”, usar el pronombre “yo”. Gracias al tiempo que pasan en ese centro, consiguen liberarse de una historia. Ariane se libera de su madre, Jessica deja ir los recuerdos de cuando ella misma fue abandonada… Cada una de ellas sale, avanza. Nos interesa cómo cinco jóvenes hoy pueden convertirse en individuos. En nuestras películas lo fundamental, siempre, han sido los personajes, y cómo ellos nos explican el mundo en el que vivimos.

– Precisamente parece que sus películas buscan que el espectador entre en esos universos particulares marcados por las carencias y el individualismo.
– Luc: Sí, efectivamente. Intentamos contar historias de alguien que necesita a otra persona. Todas nuestras películas son así. Solos estamos perdidos. Como Rosetta, por ejemplo: está perdida, no lo entiende, cree que puede luchar sola, pero no puede. Como Marion Cotillard en Dos días, una noche: su personaje, Sandra, necesita a los otros. Intentamos filmar esos encuentros con los demás que nos permiten alejarnos de nuestras desdichas, aunque a veces no seamos conscientes de esos cambios de manera inmediata.
– Haciendo un cine tan eminentemente social, no parece que nunca hayan querido lanzar una propuesta ideológica o política concreta. ¿Quizás para no perder la perspectiva más universal de la historia que querían contar?
– Jean-Pierre: Quizás El joven Ahmed, nuestra antepenúltima película, era la más política de todas. Pero está claro que nuestro cine retrata personajes más que ideologías.
– Han sido seis veces premiados en Cannes, dos de ellas con la Palma de Oro a la mejor película. ¿Qué significado tienen en su trayectoria estos reconocimientos?
– Luc: Es un reconocimiento para nosotros, claro. Pero también para las películas, que viven de forma independiente. Les dieron luz para que esas historias llegarán a mucho más público. También, para la financiación de futuros proyectos, está claro que ayuda mucho lograr estos premios tan importantes.
– En esta Seminci se ha estrenado una película sobre las familias de alquiler (Rental family), una práctica habitual en Japón. También sigue ganando popularidad, en la sociedad actual, el uso de la Inteligencia Artificial para acompañar a personas que sufren la pérdida de un ser querido o la soledad. ¿Por qué les parece tan esencial en su cine el papel de la familia?
– Jean Pierre: No sabía lo de Japón, pero no me extraña.
Luc: Sí, es importante el papel de la familia. Pienso que la familia es una unidad de vida, compleja, con conflictos y discusiones, pero que te permite construirte como individuo. Una unidad familiar estructurada facilita al niño crecer oponiéndose a sus padres, sean quienes sean. Si no tienes nada a lo que oponerte, si solo tienes la pantalla y siempre puedes satisfacer tus deseos, creo que te conviertes en alguien incapaz de crear, pensar, imaginar.. Te conviertes en una especie de consumidor para toda la vida. Nosotros nunca estábamos de acuerdo con nuestro padre cuando éramos adolescentes, pero daba igual. La familia te construye cuando tienes responsabilidades y te preocupas de los demás. Quizás sea un poco pesimista, pero a veces pienso que lo de dar responsabilidad a los niños está desapareciendo y es una pena.
– En concreto, Recién nacidas muestra una asociación que ayuda a estas madres adolescentes que quieren tener a sus hijos ¿Creen que los Estados tendrían que apoyar a estas jóvenes para que pudiesen educar a sus hijos?
– Luc: Sí, creo que la época que pasan en el centro es un momento privilegiado de sus vidas. A menudo han vivido una infancia y adolescencia muy complicada, donde la violencia estaba muy presente. Estos sitios tienen el objetivo de permitir a estas jóvenes aprender a ser madres. A veces ese aprendizaje consiste en ser conscientes de que necesitan ayuda, y de que tienen que dar a ese niño en adopción o acogida. Ese papel tiene que ofrecerlo el Estado, ofrecer un entorno que posibilite esa madurez y autonomía de las chicas.