Laura (Imogen Poots) y Simon (Brett Goldstein) son mejores amigos desde la universidad, hasta que un test que promete encontrar el alma gemela de Laura desemboca en una distancia abismal y un amor imposible entre ambos.
No es la primera vez que el cómico y actor británico Brett Goldstein (Ted Lasso, 2020) se alía con William Bridges (Soulmates, 2020) para embarcarse en un drama romántico. Goldstein, además de coescribir el guion, interpreta a Simon, un romántico escéptico de las promesas tecnológicas de Soul Connex, la clínica que realiza los tests.
Aunque el planteamiento es interesante, el film se debilita por unos personajes pasivos que evitan enfrentar las consecuencias de sus actos. Esto puede dificultar la identificación por parte del espectador, pues entenderá el mensaje principal mucho antes del desenlace: actuar a tiempo evita arrepentimientos. El resto del metraje, en ese sentido, resulta bastante redundante.
El montaje de Victoria Boydell, con sus contrastes y saltos temporales, eleva la historia al mostrar con crudeza cómo una amistad se resquebraja. Esa construcción logra transmitir incomodidad y, a veces, consuelo, según hacia dónde se incline la relación.
