Llega un momento en ciertas sagas en el que no puedes ofrecer grandes novedades porque el mismo tipo de juego te lo limita. No tendría sentido ofrecer puzles o tiroteos en un título de simulación de conducción, pero sí puedes intentar mejorar dicha simulación y ofrecer todos los motoristas y equipos oficiales, así como modos suficientes para el disfrute personal y en compañía. Milestone apuesta por esto mismo.
Lógicamente, no es simulación pura y dura, sino que ofrece ajustes para que los no expertos puedan manejarlo y disfrutar hasta cierto punto; pero sin duda está pensado para que los más fans y preparados para las exigencias de la simulación encuentren su juego favorito. Así que recomendamos no llegar a la saga desde cero y ser ya curtidos veteranos que busquen un desafío a la altura. En realidad, no se trata de ser el más rápido sino el más hábil, saber hasta dónde puede llegar tu bestia de dos ruedas y controlarla como si fuera una extensión de tu cuerpo: usar la cabeza y tomar bien las curvas, saber acelerar y frenar en el momento adecuado, saltar y caer bien, etc.; como decimos, en este deporte no es tan importante llegar a los 200 km/h cuanto ser lo más hábil posible.
El equipo de desarrollo ha puesto todos los esfuerzos en las físicas para llevarlas al máximo realismo y en parte lo ha logrado. Si se quiere vivirlo de verdad, lo recomendable es poner la cámara en primera persona y disfrutar del frenetismo que implica. Eso sí, hay tutorial para aprender a jugar y cogerle el “tranquillo”, aunque, repetimos, no es un juego arcade, sino que tiende a la simulación, y nos va a castigar sin contemplaciones si nos equivocamos.
En los modos sí que no hay innovación, y tampoco se esperaba: carrera para ir ascendiendo en la clasificación, torneo, competición, partida única y multijugador. Incluso un modo para medir nuestra habilidad con un amigo. Suficiente y correcto, como las opciones de personalización, que también son las necesarias para poder configurar nuestra moto a nuestro gusto.
A nivel técnico sigue habiendo un gran nivel de detalle en escenarios, motos y pilotos, pero hay margen de mejora. La pena es que esta vez las voces están en inglés: un retroceso en la saga; pero los textos siguen en castellano.
Así que Monster Energy Supercross 25 cumple con lo que prometieron: mejores físicas para hacernos sentir de verdad lo que en la realidad es casi imposible excepto para unos pocos que se atreven a conducir sobre esas dos ruedas. Gustará a los fans de la saga, aunque seguirán pidiendo más.