Migraciones de lo sagrado (1)

Migraciones de lo sagrado

EDITORIAL

TÍTULO ORIGINALMigrations of the Holy: God, State, and the Political Meaning of the Church

CIUDAD Y AÑO DE EDICIÓNGranada (2021)

Nº PÁGINAS288 págs.

PRECIO PAPEL22 €

GÉNERO

La secularización, suele decirse, es hija de la Modernidad, y sus consecuencias llegan hasta hoy en la forma de un mundo desacralizado y vacío de significado intrínseco. Esta interpretación nunca ha estado exenta de críticas, como cuando Luis Díez del Corral recordaba que secularización no es desaparición de lo sagrado, sino irradiación a diversos sectores de la cultura. En una línea similar se mueve este ensayo de William Cavanaugh, teólogo católico asociado a la corriente de la radical orthodoxy. En sus nueve capítulos se propone demostrar que la religiosidad en Occidente no desapareció; más bien “migró” hacia la idolatría del Estado-nación.

Los dos primeros capítulos son, a este respecto, ejemplares. En ellos, y tras revisar la historia y la teoría de la forma política estatal, Cavanaugh concluye que no es la promoción del bien común, sino la violencia bélica, lo que está en la génesis histórica del Estado. Este fue centralizando el poder que antes residía en otros cuerpos locales hasta que, en el siglo XVI, aparece el concepto de soberanía.

Con frecuencia, la Modernidad se presenta como un movimiento de liberación del individuo, asistido por un Estado neutral que lo protege de los demás y se encarga de asegurar una serie de condiciones para su desarrollo personal. Al no decantarse por ninguna visión de vida buena, en teoría, el Estado pacifica las tensiones propias de una sociedad plural. En la práctica, es todo lo contrario. “El Estado-nación se hace más fuerte con la ausencia de fines compartidos y de cualquier fundamento racional sobre el cual argumentar acerca de los fines. En ausencia de fines compartidos, la devoción al Estado-nación como fin en sí mismo se hace cada vez más imperiosa”, explica.

En medio de este análisis sitúa Cavanaugh su propuesta teológica y eclesiológica, que pasa por insertar la historia de la política dentro de la historia pública de la salvación y por reivindicar la presencia política de la Iglesia, capaz, en su vida eucarística, de trascender lo local, y proponer una forma de gobierno en que “la autoridad opera basándose en el poder de la verdad, y no en la violencia”. De lo que se trata es de incorporar las preocupaciones propias de la ciudad de los hombres a la comedia de la redención, lo que Cavanaugh explica mediante la analogía con la ópera Ariadna en Naxos, de Richard Strauss, en uno de los pasajes más luminosos del libro.

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