Pierre (Vincent Lindon) es el consejero delegado de una gran empresa familiar y está a punto de cerrar una beneficiosa operación, pero antes debe lograr la firma de su primo Adrien (François Damiens), que es el propietario del 50% de la compañía. Adrien ama a Pierre y se siente muy unido a la familia, pero no es una persona convencional. Para conseguir el contrato, Pierre no tiene más alternativa que dejarse acompañar por Adrien en el viaje de negocios en el que debe cerrar el acuerdo.
Comedia que explota el par de antagonistas. Desde la Grecia clásica, los dúos de contrarios han dado grandes glorias al teatro, la literatura y, por supuesto al cine. Todavía tenemos en la retina Green Book o Intocable, y hace pocas semanas se estrenaba Perfumes, otra comedia francesa con idéntica estructura. El mismo director Kounen cita como referencias La Cabra (1981) y El Embrollón (1973) dos películas Francis Veber.
En esta ocasión, sin embargo, la historia no funciona, no tanto por la pareja protagonista, pues Vincent Lindon y François Damiens son actores solventes, sino por la falta sutileza del guion, que parece una acumulación de gags y situaciones cómicas sin más propósito que forzar la risa del espectador. Da la impresión de que Mi primo es un producto de encargo que pretende explotar el buen momento de la comedia francesa y hacer caja, cosa que parece haber conseguido, pues ha sido número uno de taquilla en Francia.
