Tras la seriedad y sobriedad de los estupendos y exigentes DiRT 4 y DiRT Rally 2.0, se agradecía un cambio de rumbo hacia algo más desenfadado. Si bien esos juegos tienen una enorme calidad y esperamos que lleguen más entregas con más coches, circuitos y licencias, el enfoque arcade de DiRT 5 es más que agradecido, porque la mentalidad es disfrutar con una dificultad mucho más asequible.
Ese ha sido el trabajo de Codemasters Cheshire, y se nota desde el minuto uno: locuciones desenfadadas, desaparición de la voz del copiloto y menús estilo pop con colores chillones. El mensaje es claro: la conducción sigue siendo intensa y exigente, pero no tanto como antes, y hay que esperar un poco más para tener otro simulador.
No faltan los coches licenciados, ni los terrenos recreados a partid de lugares reales (10 países), y hay varios modos de juego que, aunque no son numerosos, sí ofrecen suficiente contenido para estar entretenidos un tiempo.
Se agradece muy especialmente una petición que llevamos tiempo haciendo y que por fin se materializa: el regreso del multijugador offline además del online. Por fin podemos jugar con alguien a nuestro lado y disfrutar de una competición intensa con hasta tres personas más.
Los problemas llegan del lado técnico: el juego online tarda mucho en cargar, tanto que lleva a pensar que el juego se ha “colgado”. Además, los menús en general son tan llamativos que han perdido claridad y no queda claro qué elegimos. El juego llega totalmente en castellano, pero el doblaje deja mucho que desear, lo que hace recomendable oír la versión original. Por desgracia, solo se puede escuchar si ponemos el juego completo en inglés, ya que no hay selector de idioma solo para voces.
DiRT 5 es un cambio radical de rumbo que gustará a los fans de la conducción exigente pero no realista. El comportamiento de los coches es el adecuado y llama al desafío sin desesperar. Como no tiene contenidos inadecuados, es apto para todos los públicos, aunque los más pequeños lo encontrarán difícil.