American Baby

TÍTULO ORIGINALNice Big American Baby

GÉNERO

Alfaguara. Madrid (2006). 344 págs. 17,95 €. Traducción: Mariano Antolín Rato.

Los cuentos de Judy Budnitz no se parecen a casi nada, y sin embargo se alejan igualmente de la ansiedad infantil por la originalidad sin objeto: transmiten la sensación de una genuina necesidad de decir cosas, de testimoniar una visión del mundo propia.

Son doce cuentos de tema y formato diverso, desde la denuncia social -turbadoramente verosímil- ante el problema de la inmigración chicana hasta la sátira política del presidencialismo yanqui, la recreación orwelliana de la utopía totalitaria o el retrato psicológico de personalidades paranoicas y destructivas.

Hay ecos de Golding, de Kafka, de Cortázar. La experimentación formal -puntos de vista fragmentados o corales, narración en primera persona del plural, combinación de costumbrismo y realismo mágico, etc.- nunca es gratuita: en cada caso se elige el tratamiento que con más eficacia expresiva sirva a la singular peripecia de tan variopintas historias.

Los personajes de Budnitz, casi siempre femeninos, son seres en apariencia normales hasta que estalla ese punto de locura que revela la inestabilidad de la condición humana. Otras veces son los peores vicios femeninos y no la enfermedad mental los que desquician su propio entorno. La autora deja a sus vivísimas criaturas que narren con sobriedad y despreocupación sus extravagantes conductas, para que los juicios morales emerjan de la lectura, nunca indiferente. Al final, suele quedar en el lector la sensación de que se le ha enseñado una verdad impúdica sobre el hombre, sobre los excesos aberrantes a los que puede llegar en circunstancias no obstante bastante cotidianas. El presente se describe desde el realismo o la fábula fantástica; la autora no duda en contar cómo un campo de brazos humanos seccionados puede tragarse a un cirujano demenciado si con eso acierta a describir el proceso de canibalismo freudiano que caracteriza a las obsesiones psicopáticas. Ante todo, la autora concibe las ficciones como casos psicológicos.

La prosa de Budnitz es funcional, casi periodística, y un ejemplo de que hacer literatura no tiene nada que ver con el retoricismo barroco sino con la creación de historias contundentes y humanas.

Jorge Bustos Táuler

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