Entre los miles de novedades de libros que se publican a veces hay una agradable y divertida sorpresa: como la de este libro. Es uno entre los diez publicados por McCall Smith (1948) de la serie La Primera Agencia de Mujeres Detectives (en castellano se han editado, con esta, cuatro entregas). La acción se desarrolla en Bostuana, extenso, poco poblado y pacifico y democrático país, casi una excepción en el África subsahariana.
La protagonista es Precious Ramostwe, una mujer tranquila, inteligente y optimista. De “complexión tradicional”, que es el eufemismo que ella siempre usa para no decir gorda. Está casada con J.L.B. Maketoni. No tienen hijos. Anteriormente ella tuvo uno, pero murió de pequeño y ella sabe y espera que la separación es provisional, porque podrá acunarlo eternamente en el cielo.
Le ayuda la singular Grace Makutsi, que anda loca por los zapatos bellos, y el no menos pintoresco señor Polopetsi. No intervienen en casos importantes, no hay muertos. Muchas veces no cobran nada o cobran según la renta del cliente.
Aquí se resuelven tres casos: uno que tiene que ver con la superstición y la brujería (extendidas aún en África… y fuera de África), otro sobre un médico corrupto y un tercero sobre un caso de chantaje.
Lo mejor del libro es, con el carácter de Precious Ramostwe, el ambiente de Bostuana, la belleza de sus tierras secas y de pronto convertidas por la intensa lluvia en un vergel, la transformación de un país, con nuevas conquistas pero pérdida de valores tradicionales.
Un delicado humor recorre todo el libro. Es de esas obras amables, que se dejan leer (favorecido por un generoso tipo de letra), que no se desea terminar. Pero quienes deseen seguir en compañía de Precious Ramotswe pueden leer las otras ya publicadas: La Primera Agencia de Mujeres Detectives, Alegres y en compañía y Las lágrimas de la jirafa, todas en el mismo sello Suma, que es uno de los de Santillana Ediciones.