La viuda embarazada

Anagrama. Barcelona (2011). 504 págs. 23,50 . Traducción: Jesús Zulaika.

TÍTULO ORIGINALThe Pregnant Widow

GÉNERO

El libro se abre con esta cita de Alexander Herzen, que explica la clave del irónico título del libro: “La muerte de las formas contemporáneas del orden social debería alegrar más que conturbar el espíritu. Lo pavoroso, sin embargo, es que el mundo que fenece no deja tras de sí un heredero sino una viuda embarazada”. Esta imagen le sirve a Martín Amis (1949), uno de los novelistas más destacados y también polémicos de la literatura inglesa actual, para describir el resultado del proceso de transformación que se inició en 1970, con la llamada revolución sexual.

El libro está escrito, en parte, desde la mentalidad del autor a finales de la primera década del siglo XXI. La novela podría entenderse como una recreación nostálgica de su juventud, pues -parece decir- a estas alturas de la vida, cuando la muerte acecha, sólo queda la recreación del pasado. Como en otras novelas suyas, el protagonista, en este caso el veinteañero Keith Nearing, es un claro trasunto del autor, que incorpora en el relato sucesos personales que ya contó en su libro autobiográfico Experiencia.

Amis sitúa la novela en un verano de 1970. Hasta Italia se trasladan un grupo de estudiantes universitarios ingleses para pasar el verano en un castillo de un pueblo cercano al Adriático. Los principales personajes son Keith, estudiante de literatura inglesa, su novia Lily, estudiante de Derecho, y Scheherazade, de matemáticas. Invitados por amigos con mucho dinero, pasan el verano entre fiestas, baños en la piscina y en el mar, lecturas, juegos, visitas a pueblos y aldeas. Por donde pasan, llaman la atención, pues especialmente las jóvenes gustan de provocar sexualmente a los habitantes de la zona con sus vestimentas, posturas y actitudes.

Tras el magnífico prólogo, en el que el autor habla del paso del tiempo, uno esperaba que Amis recrearía aquellos sucesos con su habitual cinismo y crítica, trazando un despiadado ajuste de cuentas del drástico cambio de costumbres y mentalidades y su resultado actual. Sin embargo, casi el noventa por ciento de la novela se limita a describir los apetitos sexuales de Keith y del resto de los personajes, masculinos y femeninos, de la novela, sin que falte el precursor homosexual. El único contrapunto imaginativo y cínico son las lecturas de Keith, quien devora los grandes autores de la novela inglesa de los siglos XVIII y XIX, analizados desde una perspectiva exclusivamente sexual y situándolos en las antípodas de lo que ellos mismos están viviendo en su entorno.

En tiempos de Keith el sexo se divorció del sentimiento”. Y a eso ha quedado reducido en la novela: a la satisfacción de un instante que, sin embargo, provoca momentos de angustia y desesperación. Los autores disfrutan de la victoria de los ideales del Mayo del 68, que han reducido exclusivamente al sexo. Todo y ahora es su lema, sin que se les vea preocupados por problemas sociales, morales o religiosos.

La parte final cuenta la vida de los protagonistas, especialmente de Keith, después de aquellos sucesos, llegando incluso hasta 2009. Pero tampoco aquí hay un balance ni un análisis crítico. Para resumir la novela valdrían unas palabras que incluye el autor en un pasaje: “El sexo es ya lo bastante malo, como tema, y el yo es también bastante viscoso”. No parece que Amis, por lo que leemos, haya hecho nada en La viuda embarazada por esquivar este peligro.

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