Cuando se habla de Microsoft o de Facebook uno siempre espera innovaciones tecnológicas. Pero ¿por qué ahora estas grandes compañías se dedican a financiar la construcción de viviendas en Seattle o en San Francisco? Para contribuir a resolver un problema que ellas han creado por su mismo éxito.
En los sitios donde tienen su sede estas empresas el auge de la zona ha encarecido enormemente el precio de la vivienda y ha favorecido la expulsión de muchos trabajadores que no forman parte de la élite tecnológica. Son empleados de renta baja o media cuyos salarios no les permiten ya adquirir una vivienda o pagar alquileres que se han disparado. Para ellos hay una gran escasez de vivienda asequible, lo que les obliga a vivir a más de cincuenta millas del trabajo. Y también hay una crisis de homeless, de gente que vive en la calle o tiene como casa una furgoneta.
Las tecnológicas han comprendido que el problema de la vivienda en torno a sus sedes ensombrece su imagen, y han empezado a reaccionar
Muchos empleos, poca vivienda
Las tecnológicas han comprendido que este problema de vivienda en torno a sus sedes ensombrece su imagen, y han empezado a reaccionar, financiando la construcción de vivienda asequible en sus comunidades cercanas.
En Seattle, donde tienen sus sedes Microsoft y Amazon, el precio de la vivienda creció un 96% entre 2011 y 2018, mientras que los ingresos del hogar medio aumentaron un 34%. Los empleos de la zona aumentaron, pero la construcción de vivienda asequible no se mantuvo a la par. Microsoft, que da empleo allí a 50.000 personas, estima que hay un déficit de 305.000 viviendas para familias de renta media y baja Entre ellas se cuentan empleados de las propias tecnológicas y otros trabajadores –maestros, enfermeras, cuidadores…– de los que depende el bienestar de todos.
Para contribuir a afrontar el problema, Microsoft anunció el pasado 16 de enero que destinaría 500 millones a la financiación de viviendas en el área de Seattle. De ellos, 475 millones se dedicarían a financiar préstamos para la construcción de vivienda asequible en la zona en los próximos tres años, y otros 25 millones para afrontar el problema de los homeless.
Facebook quiere hacerse amigos
También hay una crisis de vivienda en el área de la bahía de San Francisco, zona donde tienen sus sedes importantes tecnológicas como Facebook o Apple. En su primer presupuesto, el nuevo gobernador de California, el demócrata Gavin Newson, ha previsto 500 millones para la construcción de casas de renta media, y ha invitado a las grandes compañías a destinar otro tanto con el mismo fin.
A este reto han respondido compañías y filántropos de la zona, incluida la fundación de Mark Zuckerberg y su esposa Priscilla Chan. Se ha constituido un fondo de inversión, que ha recaudado ya 260 millones, con el objetivo de construir al menos 8.000 viviendas en los próximos 10 años. El fondo es parte de un proyecto más amplio para coordinar soluciones al problema de la vivienda. Según sus iniciadores, el fondo ofrecerá préstamos flexibles y otro tipo de financiación habitualmente no disponible para promotores de vivienda asequible.
Silicon Valley se ha convertido en la segunda región más inasequible del país para trabajadores de renta baja que buscan vivienda
El nuevo fondo abordará la escasez de vivienda en Silicon Valley, que se ha convertido en la segunda región más inasequible del país para trabajadores de renta baja que buscan vivienda. Desde 2010, según informaciones del Wall Street Journal, en la región se crearon 700.000 empleos, pero solo se construyeron 100.000 nuevas viviendas. Según un reciente estudio de los gobiernos locales, la zona necesita construir 35.000 viviendas al año para responder al aumento de la población.
El impulso filantrópico –tan habitual en las grandes corporaciones americanas– puede ser también un modo de evitar una contribución coercitiva. En Seattle, el aumento del precio de la vivienda llevó a aprobar el pasado mayor lo que se apodó “tasa Amazon”, que consistía en cobrar a las grandes compañías una tasa por empleado, para financiar la atención a los homeless. Pero la oposición empresarial hizo abortar la medida.
En San Francisco, en las elecciones del pasado noviembre se aprobó una iniciativa que aumentará una tasa por ingresos brutos con la que las empresas de la ciudad contribuirán a financiar los programas para gente sin techo.