Uno termina de ver La historia de Jan y, durante un tiempo, disfruta más de la vida, de las cosas pequeñas que de ordinario nos pasan inadvertidas. Uno es más sabio.
La historia de Jan es un documental sobre los primeros siete años de vida de un niño con síndrome de Down, contados fundamentalmente a través de los vídeos caseros grabados por su padre, Bernardo, que es también el director del documental. Su voz en off pone sonido a las palabras del blog que fue escribiendo desde el nacimiento de Jan. De esta forma, podemos seguir la evolución del niño (sus “grandes proezas”, como aprender a arrastrarse para atrás y después para adelante) y también la de los propios padres. Porque aunque el documental lleve el nombre del niño, se puede decir que Bernardo y su mujer son los verdaderos protagonistas del film.
Durante una hora y media asistimos a los pequeños y grandes retos que supone criar a un niño con síndrome de Down, pero sobre todo a las alegrías de una familia que se toma la vida con sentido del humor y coraje. No hace falta que nadie haga la alabanza de la unidad familiar: las numerosas grabaciones de cumpleaños, nocheviejas en casa, con primos, tíos y abuelos, son en sí mismas una apología.
Probablemente, nos conmoveríamos ante cualquier documental casero que contara los primeros años de vida de un niño, llenos de detalles entrañables. En ese sentido, la de Jan es solo una historia más. Sin embargo, hay una diferencia importante: la gran mayoría de los hijos encuentran al nacer una acogida gozosa por parte de sus padres; pero esto no siempre ocurre cuando tienen síndrome de Down. A veces, la actitud de los médicos al transmitir el diagnóstico, o ciertas ideas instaladas en la sociedad sobre qué es la felicidad, abruman a los padres de estos niños, haciéndoles creer que su hijo nunca tendrá una vida plena.
Por eso, las últimas palabras de La historia de Jan, dichas por la madre, son todo un testimonio: si ahora pudiera volver al día de tu nacimiento, le dice a su hijo de siete años, no habría ninguna sombra de tristeza en mi felicidad.
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