París. La próxima visita del Papa, con motivo de la XII Jornada Mundial de la Juventud, va a ser el gran acontecimiento del verano en Francia. Se prevé que entre 700.000 y un millón de personas acudirán a los actos previstos entre el 19 y el 24 de agosto.
El gobierno francés ha encargado al general Philippe Morillon, de 62 años, que mandó las fuerzas de la ONU en Bosnia, la coordinación de las operaciones previstas para facilitar los desplazamientos del Papa y la acogida de los peregrinos.
Por parte de la Iglesia, funciona desde hace más de un año un comité de organización, creado para acoger a la multitud de peregrinos, que llegará a la capital francesa a partir del 16 de agosto. El alojamiento constituye uno de los puntos claves de la logística, junto con la regulación del tráfico alrededor de los lugares donde se desarrollarán los principales actos.
Mons. Michel Dubost, obispo castrense, se encarga desde hace un año de la organización y animación espiritual de la Jornada, con un equipo de profesionales, remunerados gracias a las contribuciones de los católicos franceses y de los participantes. La aportación que se ha pedido a estos últimos ha sido calculada de modo que los fondos reunidos puedan servir para disminuir la cuota que pagarán los jóvenes que vengan desde países más pobres. También están previstos 12.000 voluntarios para ocuparse de los grupos que vengan.
Desde el primer momento, la respuesta de los fieles a las peticiones que se les hicieron para que acojan a uno o a varios jóvenes, en los días parisinos de las Jornadas y algunos días antes en otras diócesis, ha sido generosa. Incluso en ciudades un poco alejadas de París, muchas familias se han ofrecido para alojar peregrinos. Los obispos no han escatimado esfuerzos para lograr que vayan a París muchos jóvenes de sus diócesis.
El prestigioso modista parisino Jean-Charles de Castelbajac, que ha diseñado las casullas que usarán los concelebrantes en las diversas Misas, señaló que no lo hacía solamente por afán de dar más renombre a su taller, sino para manifestar su interés por el culto y la liturgia católicos.
Desde hace meses, los obispos franceses han ido informando ampliamente a los fieles de la finalidad de esta Jornada Mundial de la Juventud: sobre todo, preparar el jubileo del año 2.000, meditando concretamente sobre el misterio de Cristo y sobre la vocación bautismal.
La fase diocesana culminará en una Misa que celebrará cada obispo el domingo 17. Los diversos grupos convergerán en París el día siguiente. El martes, el arzobispo de París, Card. Jean-Marie Lustiger, oficiará una Misa para todos esos grupos en la explanada de Les Invalides. La mañana del miércoles se dedicará a catequesis, en varios puntos de la ciudad. Por la tarde empezará el Festival de la Juventud: una manera de aprovechar la estancia en París para conocer su historia y sus monumentos, para intercambiar experiencias, y también para oír música (se prevé un gran concierto).
En los edificios de la famosa escuela de ingenieros Polytechnique, se celebrará durante cinco días un Foro Internacional dedicado a intercambiar experiencias de fe en situaciones concretas del mundo de hoy, con la idea de dar un impulso a la nueva evangelización. Participarán delegaciones de varios países (dos por conferencia episcopal, dos por movimiento y asociación internacional) y treinta invitados (jóvenes, sacerdotes, etc.).
El miércoles y el jueves, en diversas parroquias y en basílicas, como la catedral de Notre-Dame de París o el Sacré Coeur, se organizarán velas al Santísimo. El viernes también se celebrarán Via Crucis en diversos lugares de París en los que se albergarán grupos de jóvenes.
La Cruz del Año Santo, que desde hace 12 años es entregada de un país a otro en ocasiones similares, se encontraba hace poco en Roma, después de haber estado en Filipinas con motivo de la anterior Jornada Mundial. Desde el 26 de mayo, esta cruz de madera está siendo llevada por Francia, a través de 66 diócesis, que han pedido recibirla, con motivo de peregrinaciones locales, de sínodos diocesanos, de grandes encuentros, etc.
El Papa llegará el jueves 21 de agosto por la tarde. Después de ser recibido por el presidente de la República y por el primer ministro, la muchedumbre le festejará en la inmensa plaza del Champde-Mars, entre la torre Eiffel y la Escuela Militar.
En Francia se espera de esta visita y de esta gran manifestación de fervor juvenil un gran aliento a la vida religiosa del país, prolongando el que imprimó el Papa el año pasado, cuando peregrinó a los lugares emblemáticos de la historia de Francia (ver servicio 129/96).
Juan Pablo II llegará a Francia tres meses después de las elecciones que han dado la victoria al Partido Socialista. Esto añadirá interés a lo que diga en materia de moral, ya que el nuevo gobierno ha anunciado diversos proyectos de ley laxistas sobre la eutanasia, sobre un posible contrato de unión civil entre homosexuales y sobre cierta liberalización de la droga.
François Gondrand________________________Más información en las páginas de Aceprensa en Internet ( ir a «Otros lugares», «Religión»).