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Una mujer china obtiene asilo en Canadá para no ser esterilizada

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Ting Ting Cheung y su hija Karen Lee han obtenido asilo en Canadá por una decisión del Tribunal Federal de Apelación. El tribunal ha dictaminado que la esterilización forzosa a la que debería someterse la mujer en el caso de volver a China es una violación de los derechos humanos fundamentales.

Cheung tuvo su primer hijo en 1984 y, tras rechazar el consejo de ser esterilizada, sufrió tres abortos. En 1986 quedó otra vez embarazada y se trasladó a casa de sus suegros para tener el niño sin que se enteraran en su pueblo. Volvió a su casa sin el niño, y el servicio de planificación familiar le dijo que debía ser esterilizada. Antes de que se realizara la operación, voló a Canadá en 1989 y se estableció en Toronto.

Las autoridades encargadas de conceder el estatuto de refugiado habían rechazado su solicitud, aduciendo que la política china de esterilización después del primer hijo no era persecución sino «el general control de la natalidad». En cambio, la sentencia del Tribunal considera que se trata de una política persecutoria, pues «hay pocas prácticas tan avasalladoras y brutales como la esterilización forzosa». Por otra parte, la chica -al ser el segundo hijo- quedaría excluida de los subsidios familiares y sería discriminada en la educación.

Ya en 1988, tres familias chinas perseguidas a causa de la misma política del hijo único consiguieron asilo en Estados Unidos. La sentencia, en este caso, comparó la prohibición de tener hijos a la violación de otros derechos humanos.

Una aplicación más estricta de las medidas de control de la natalidad ha conseguido rebajar la tasa de fertilidad de 2,3 hijos por mujer en 1990 a 2 hijos en 1992, según acaba de anunciar el gobierno chino. Expertos occidentales consideran que una baja tan rápida sólo se puede explicar por medidas coercitivas.

Un funcionario del Ministerio de Planificación Familiar explicó que en 1992 fueron esterilizadas 6,5 millones de chinas. Según informes aparecidos en la prensa, en 1991 aumentó el número de esterilizaciones e implantaciones de dispositivos intrauterinos en mujeres que habían tenido ya un hijo. En muchas áreas rurales a los matrimonios se les permite tener un segundo hijo, si el primero ha sido niña.

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