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El suicidio: un problema de salud pública evitable

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Cada año se producen en todo el mundo alrededor de un millón de suicidios, con tendencia a aumentar, según las estimaciones que la OMS ha publicado con ocasión del Día Mundial de la Prevención del Suicidio, el 10 de septiembre. Actualmente hay más muertes por suicidio que por asesinatos (500.000) y guerras (230.000) juntos. Los suicidios representan el 1,4% del total de fallecimientos. En los países del oeste del Pacífico la proporción alcanza el 2,5%, y en un buen grupo de países europeos mueren más personas por suicidio que por accidentes de tráfico.

Las tasas más elevadas de suicidios se registran en el este de Europa, y las más bajas en los países latinoamericanos, los musulmanes y algunos del continente asiático. Poco se sabe de la situación en África, donde la información al respecto es escasa.

Otro dato significativo es el de las tentativas suicidio, que oscilan de diez a veinte millones al año. Es preocupante también que está creciendo el número de suicidios entre jóvenes de 15 a 25 años. Por regla general, la tasa de suicidio es mayor en los hombres que en las mujeres, con la llamativa excepción de las zonas rurales de China (ver servicio 87/02).

Entre los factores de riesgo de suicidio, señala la OMS, se encuentran diversas circunstancias que pueden provocar desesperación: pobreza, desempleo, pérdida de seres queridos, rupturas familiares… También tienen un peso importante los antecedentes familiares de suicidio, o de abuso de drogas o alcohol, así como la depresión y la esquizofrenia. En cambio, una enfermedad no psíquica, aun grave o en fase terminal, no es por sí misma un factor de riesgo.

Para prevenir el suicidio, la OMS impulsa líneas de actuación como poner barreras al acceso de los métodos que se suelen utilizar para quitarse la vida. Los más usados son los pesticidas, las armas de fuego y los medicamentos. En el caso de estos últimos, se están promoviendo soluciones para evitar la ingesta masiva, como distribuirlos en envases que contienen menores cantidades, no letales.

Junto a los factores de riesgo, la OMS señala también que existen factores de protección. Entre ellos se encuentran una alta autoestima, relaciones fluidas con la familia y amigos, tener apoyo social, una relación estable o unos compromisos religiosos o espirituales. En particular, la OMS considera de gran importancia el diagnóstico temprano y el adecuado tratamiento de las enfermedades mentales.

A la vez, el Dr. Benedetto Saraceno, director del departamento de Salud Mental y Abuso de Sustancias de la OMS, ha hecho un llamamiento a los medios de comunicación para que valoren la responsabilidad que tienen. «La difusión de noticias sobre suicidios -advierte Saraceno- puede estimular a la imitación, por lo que debemos urgir a los medios para que sean prudentes al informar de estas trágicas muertes, que en muchos casos son evitables. Los medios de comunicación pueden también contribuir de manera importante a reducir el estigma y la discriminación asociada a los comportamientos suicidas y a los trastornos mentales».

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