El negocio del balón no es tan redondo

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Muchos millones y muchas deudas en los equipos europeos
La Eurocopa, recién comenzada en Portugal, y la Copa América, que se celebrará en Perú el mes próximo, son en cada continente las mayores fiestas del fútbol, solo superadas por el Campeonato Mundial. Tales eventos son como periódicos puntos álgidos de todo un fenómeno que hace vibrar al unísono a millones de personas en las gradas y frente a los televisores. Pero el fútbol es tanto deporte como negocio, y a los equipos europeos no siempre les salen las cuentas.

Por el dinero que mueve, la FIFA, la federación mundial de fútbol, tiene el tamaño de una multinacional respetable. A finales de 2003 sus fondos propios ascendían a 94 millones de euros. El año pasado obtuvo unos ingresos netos de 141 millones de euros, con una facturación de 712 millones (ver gráficos 1 y 2). El 96% de esta última suma corresponde a las competiciones de la FIFA, sobre todo 428 millones por derechos televisivos y 175 millones por merchandising.

La burbuja televisiva se pincha

El peso económico de la FIFA es poca cosa en comparación con el de la industria futbolística en un solo país como España. Según el informe «Impacto del fútbol profesional en la economía española», publicado este año por la Liga de Fútbol Profesional (LFP), el efecto directo del «deporte rey» sobre la producción nacional supuso en 2003 el 0,9% del PIB; y si se suman los efectos inducidos se alcanza un total de unos 8.000 millones de euros, el 1,7% del PIB de España y el 2,5% del correspondiente al sector servicios. Además, el fútbol español proporciona un total de 66.000 puestos de trabajo, entre directos e indirectos. En 2003 aportó al fisco cerca de 822 millones de euros, entre impuestos (364 millones), cotizaciones a la Seguridad Social (317 millones) y quinielas (141 millones).

En España, el fútbol es mejor negocio para el Estado que para los clubes, cuyo balance agregado de 2003 arroja unos ingresos de 911 millones de euros y unos gastos de 1.217 millones. La mayor parte del dinero que entra provenía hasta hace poco de la televisión. En la temporada 2001-2002, según publicó la revista Perspectivas del mundo de la Comunicación (septiembre de 2002), de la Universidad de Navarra, los ingresos por retransmisiones representaron el 51% del total. Pero los precios estaban hinchados por la fuerte competencia entre las cadenas, y el año pasado la burbuja se pinchó. En 2003 la televisión aportó el 33% de los ingresos de la LFP (305 millones de euros), de modo que pasó al segundo lugar, por detrás de la taquilla (322 millones). La mayor parte de la tarta televisiva ha sido para Audiovisual Sport, empresa participada al 80% por Sogecable, que posee la exclusiva para retransmitir los partidos de los principales equipos.

En tercer lugar, el merchandising reporta a la LFP el 18% de sus ingresos, proporción bastante inferior a la de otras ligas europeas. En la Premiere League inglesa y el Calcio italiano, es casi 17 puntos más que en España. Los líderes europeos en este terreno son la liga alemana (41%) y la francesa (37%). Pero también el fútbol español tiene un club especialista en merchandising: el Real Madrid de Beckham, que esta temporada se ha embolsado unos 80 millones de euros, un tercio de sus ingresos, vendiendo imagen, más que por cualquier otro concepto.

Equipos millonarios

El Real Madrid no es, sin embargo, la primera potencia futbolística de Europa en términos económicos. En marzo pasado la consultora Deloitte and Touche publicó la liga de los veinte equipos europeos que más dinero ingresaron en la temporada 2002-2003 (ver tabla 3). Con 251 millones de euros, el Manchester United se proclamó campeón por séptimo año consecutivo. Gracias a los elevados ingresos por derechos televisivos y a su condición de finalistas de la Liga de Campeones de 2003, el segundo y el tercer puestos fueron para dos equipos italianos: la Juventus (218 millones de euros) y el AC Milan (200 millones).

Lo que distingue al Real Madrid es el dinero que gasta en fichajes. Como todos los años, la revista France Football ha publicado recientemente la lista de los jugadores mejor pagados en la temporada 2003-2004 (ver tabla 4). De los diez primeros, la mitad son madridistas.

De los entrenadores, el mejor pagado es el del Manchester, Alex Ferguson, con 8,6 millones de euros, muy por delante del segundo, el seleccionador inglés, Eriksson (5,5 millones). El tercer lugar fue para Capello (4,1 millones) y el cuarto para Héctor Cúper (4 millones). La inflación salarial impulsada en España por el Real Madrid no se extiende a los técnicos: entre los diez que más cobran no hay ninguno español ni ninguno que entrene en la LFP.

Campeones en pérdidas

Pero una cosa es los ingresos y otra los beneficios. Hay equipos que, a pesar de figurar en cabeza de la tabla elaborada por Deloitte and Touche, atraviesan problemas financieros. El Leeds United es un claro ejemplo: sus ingresos (92 millones de euros) apenas superan a sus deudas (90 millones). Para hacer frente a esta situación, se plantea traspasar a algunas de sus principales figuras, como Adam Smith, Mark Viduda o Paul Robinson. Para colmo de males, tras una mala campaña, este año el Leeds ha descendido de categoría. Un caso parecido es el de la Juventus: aunque todavía no se conoce el balance definitivo, el equipo italiano podría acabar la presente temporada en números rojos. En el primer semestre arrojó pérdidas por valor de 22,5 millones de euros.

En la liga italiana abundan los saldos deudores. Hace dos años, uno de sus equipos paradigmáticos, La Florentina, fue declarado en quiebra y desapareció. En mayo de 2003, un empresario italiano lo ha hecho resurgir de las cenizas, tras pagar 2,5 millones de euros por hacerse con el nombre, los colores y la historia del mítico club, fundado en 1926 y ganador de dos ligas, seis copas de Italia, una supercopa, una recopa y una copa de la UEFA. La deuda total de los clubes italianos asciende a 510 millones de euros. En la temporada 2002-2003, AC Milan, propiedad de Silvio Berlusconi, presentó un déficit de 247 millones de euros. Otros grandes equipos también registraron pérdidas: AS Roma, 224 millones; Lazio, 313 millones; Inter de Milán, 303 millones… Luego, en abril pasado, vino la quiebra del Parma, provocada por la de su principal accionista, Parmalat. Ahora el club está gestionado por un administrador nombrado por el juez, en espera de que aparezca un comprador. De momento, la suspensión de pagos le permitirá permanecer en la primera división.

Para sanear el fútbol italiano, el gobierno aprobó en agosto de 2003 el decreto «Salva Calcio», que permitía a los equipos en apuros económicos repartir a lo largo de diez años sus pérdidas. Después, en marzo pasado, la operación de salvamento se completó con un nuevo decreto que da facilidades para que los equipos endeudados paguen sus atrasos al fisco italiano.

Estos males no son exclusivos de Italia: por ejemplo, la LFP española arrastra una deuda de 1.600 millones largos de euros (ver servicio 75/03). Consciente de que los problemas están muy extendidos, la UEFA pretende mejorar la credibilidad financiera de los clubes con un sistema de licencias que empezará a funcionar la próxima temporada. Los equipos deberán cumplir unos requisitos mínimos en cinco áreas (infraestructura, personal, administración, legal y financiera) para poder participar en cualquier competición organizada por la UEFA. En el aspecto financiero, se deberá acreditar solvencia económica ante la federación correspondiente. «Puede parecer duro para aquellos equipos con problemas -señalaba Paul Rawnsley, directivo de Deloitte and Touche-. Pero la responsabilidad de imponer una regulación más estricta recae sobre esos que no tienen las cuentas en orden».

Los jugadores ya no cobrarán tanto

El mismo Rawnsley señala las causas de estas crisis económicas en una entrevista para Le Monde (24-V-2004). «Demasiados clubes europeos se comprometieron a fuertes gastos que a largo plazo les colocan en una situación insostenible». En su competencia por los jugadores estrellas que atraen espectadores y anunciantes, los equipos han pagado sumas astronómicas por fichajes, que se han convertido en el primer capítulo de los gastos. Aunque los futbolistas más célebres pueden aumentar mucho los ingresos de un club, tan fuertes desembolsos ponen en peligro la estabilidad económica futura.

En efecto, «los equipos de fútbol europeos -explica Rawnsley- se habían acostumbrado a firmar con los jugadores contratos de larga duración, de dos a cinco años, mientras que no podían estar seguros de sus futuros ingresos». Con unos costos salariales que han llegado a ser el 60-70% de los gastos, una mala temporada puede ser trágica para las cuentas de un equipo.

Esto está cambiando, añade Rawnsley. La mayoría de los jugadores estarán pronto ligados a los equipos por contratos más cortos, incluso anuales, lo que permitirá ajustar los salarios en función de los resultados deportivos. Además, «ya no veremos en el futuro que los importes de los traspasos de jugadores alcancen las cifras de los últimos cinco años, a excepción, quizá, de las estrellas más buscadas. El equilibrio de poderes en las remuneraciones salariales está a punto de oscilar de manera decisiva a favor de los clubes».

¿Hay riesgo de crack económico en el fútbol? «No lo creo -responde Rawnsley-. Los equipos de fútbol no son empresas como las demás. Tienen una clientela muy leal, sus aficionados. En Inglaterra, por ejemplo, el número de espectadores ha aumentado por séptimo año consecutivo. En la liga los estadios están habitualmente llenos, con una media de aforo del 93%. Se ha invertido mucho dinero en su modernización. Los clubes seguirán afrontando dificultades financieras. Pero la mayoría se reestructurarán bien».

Las cuentas de la Eurocopa

Portugal espera ingresar por la organización de la Eurocopa 2004 un total de 780 millones de euros, entre ellos 260 millones por ingresos directos y 160-360 millones por turismo inducido. La expectativa de turistas adicionales ronda las 350.000-500.000 personas durante el torneo y los meses siguientes. El evento creará unos 11.000 puestos de trabajo. Por promoción y proyección internacional el Estado portugués prevé recibir 290 millones de euros.

En infraestructuras, Portugal se ha gastado 208 millones de euros. La partida más gruesa (96 millones) ha sido para los diez estadios donde se está jugando el torneo. Otros 79,5 millones se han dedicado a mejorar los accesos por carretera. A esto hay que sumar 12 millones en promoción, 9,4 millones para la creación de la sociedad Euro 2004, y 9 millones más para aparcamientos. El resto del desembolso se ha destinado al Pabellón Atlántico, que se está utilizando como sede para los más de 8.000 periodistas acreditados, más otros capítulos menores. Los contribuyentes han aportado unos 600 millones de euros de los gastos e inversiones totales.

El campeón del torneo podrá embolsarse, según el baremo establecido por la UEFA, 17,6 millones de euros. Cada una de las federaciones clasificadas recibirá un fijo de 4,8 millones, más una suma variable según los resultados: 640.000 euros por cada victoria en la primera fase y la mitad en caso de empate; 1,9 millones por llegar a cuartos de final; 2,5 millones por pasar a semifinales; 3,8 millones por jugar la final y 6,4 millones por ganarla. En total, la UEFA se gastará unos 128 millones de euros en pagos a las selecciones, cantidad similar a los ingresos que prevé obtener por derechos de explotación de imágenes, patrocinadores, publicidad y taquilla.

Javier Táuler

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