Los objetivos de retrasar la edad efectiva de jubilación y aumentar la tasa de empleo entre los trabajadores de más edad, según recomendaba la OCDE, van por buen camino. Los últimos datos publicados por la organización indican que la tasa de empleo entre las personas de 50-64 años ha pasado de 55,6% en 2001 al 61,2% en 2011. Al mismo tiempo, la edad efectiva media a la que se jubilan los trabajadores ha aumentado ligeramente en el mismo periodo: para los hombres de 63,1 años a 63,9; y para las mujeres de 61,1 a 62,8.
Los datos ponen de manifiesto que hay grandes diferencias entre países respecto al porcentaje de trabajadores de 60-64 años en activo en proporción a la población total de esas edades. La media de la OCDE ha subido del 32,5% al 40%. Pero la media encubre situaciones muy diferentes: desde el 63,4% en Suecia a solo el 18,8% en Francia. En Suecia la edad oficial de jubilación son los 67 años, mientras que en Francia Sarkozy la retrasó en 2010 de los 60 a los 62 años.
En España el porcentaje de trabajadores de 60-64 años sobre la población total de esa edad ha aumentado desde el 29,2% en 2001 al 32,7% en 2011. Ante las dificultades que se preveían para garantizar el sistema de pensiones, el gobierno de Rodríguez Zapatero elevó en 2010 la edad oficial de jubilación de los 65 a los 67 años, medida que entrará en vigor el 1 de enero de 2013 y se aplicará de modo gradual durante 14 años. La edad efectiva de jubilación en España es de 63,3 años, por debajo de la edad oficial (65 años), pero también la más alta de la UE, donde la media es de 61,4 años
Ahora el gobierno de Rajoy –que en su día votó en contra del retraso de la jubilación– quiere estrechar más el margen entre la edad de retiro legal y la real, y así lo ha prometido a Bruselas dentro de los planes de ajuste presupuestario. Entre sus planes está desincentivar la jubilación anticipada (posible ahora a partir de los 61 años, en ciertas circunstancias) y condicionar más la jubilación parcial. En 2011, el 59% de las jubilaciones se realizaban pasados los 65 años, mientras que el resto eran anticipadas. Según informó la ministra de Trabajo, Fátima Báñez, las jubilaciones anticipadas cuestan a la Seguridad Social 7.288 millones de euros al año y las parciales 2.690 millones.
Actualmente el gasto en pensiones es la principal partida del presupuesto y supone el 10% del PIB. Con el aumento del paro y el descenso de salarios, la Seguridad Social está ingresando menos y ha entrado en déficit, lo que le ha obligado a echar mano de 3.000 millones del fondo de reserva (el máximo que se permite rescatar anualmente). Además, la pensión media ha pasado de 591 euros en 2002 a 931 en 2011, lo que representa un alza de más del 60%.
Las perspectivas para el futuro indican que las pensiones públicas van a cubrir una proporción del salario menor que la actual. Por eso la OCDE viene sugiriendo que las pensiones públicas se complementen con los planes de pensiones privados, que ya son obligatorios en 13 países y muy recomendados en otros. En España cotizan a un plan de este estilo el 22% de los trabajadores.
En los últimos tiempos, según los datos facilitados por la OCDE el pasado 21 de septiembre, los activos de los fondos de pensiones han alcanzado los 20.100 millardos en 2011, equivalentes al 72,4% del PIB de la zona OCDE.
Pero la rentabilidad de los planes de pensiones privados no está garantizada. En 2011, los rendimientos de las inversiones de estos planes han sido negativos (-1,7%). La mediocridad de estos resultados se explica por la caída de las Bolsas y por la debilidad de las tasas de interés.
Los fondos de pensiones han registrado sus mejores resultados en Dinamarca (12,1%) y en Holanda (8,2%). En cambio, en España, Estados Unidos, Italia y Japón, los rendimientos han sido negativos, escalonándose entre el -2,2% y el -3,6%.